martes, 2 de mayo de 2017

Miguel Delibes: Cinco horas con Mario

Con la publicación en 1966 de Cinco horas con Mario la preocupación social de Miguel Delibes se hace más patente. Por otro lado, el intimismo con el que trata a los personajes y la manera en la que se adentra en sus psicologías alcanzan su punto álgido con esta novela

Cinco horas con Mario es una de las novelas más importantes tanto del autor como de la literatura española. Delibes propone una gran innovación que da fama a esta obra: el monólogo interior de Carmen. Salvo en los capítulos introductorio y final, en el resto de la novela la voz del narrador desaparece y solo queda el monólogo de Carmen, un recurso importantísimo para la caracterización de los personajes y para burlar la censura.

Portada de Cinco horas con Mario. CVC
Carmen Sotillo es una mujer que acaba de quedarse viuda al morir Mario. Durante veintisiete capítulos Carmen vela su cadáver. Cada nuevo capítulo comienza con la lectura de un fragmento de la Biblia que le hace pensar sobre algo y le hace hablar y divagar sobre diferentes temas. En general, Carmen hace reproches a su marido por sus ideas progresistas y liberales que tanto chocaban con las suyas, conservadoras y de la España tradicional de los vencedores. Carmen cae una y otra vez en sus obsesiones y parece esperar una respuesta de Mario que nunca llega.

A pesar de la gran variedad de temas que Carmen trata en su monólogo, el tema principal de la novela es la oposición entre las dos Españas: la vencedora, franquista y conservadora, y la vencida, liberal y progresista. Ambas Españas quedan representadas por Carmen y Mario respectivamente.

Con esta técnica del monólogo interior, Delibes no solo innova formalmente con maestría, sino que desarrolla diferentes aspectos que hacen que Cinco horas con Mario sea una obra rica en forma, contenido e intención.

En primer lugar, consigue que el lector conozca a Mario y sus ideas a la perfección a través del soliloquio de Carmen y a pesar de estar muerto. Como ya he dicho, Carmen hace preguntas esperando la respuesta de Mario y, aunque él no conteste por sí mismo, los reproches y comentarios de Carmen hacen que de algún modo las respuestas de Mario nos lleguen.
“Mira por dónde la censura puede llegar a forzar la imaginación y de esta forma permitir que se descubran nuevas formas de expresión” (1) 
Además, al presentarnos a Mario muerto, el autor consigue que la novela pase la censura. Si Mario estuviera vivo, la defensa a sus ideales quedaría expuesta, algo impensable. Delibes escribió hasta doscientas cuartillas en las que Mario vivía  pero
“este camino me llevaba a la exageración y, consecuentemente, a la inverosimilitud… Es decir, yo, Delibes, cargaba las tintas sobre este personaje y, al mismo tiempo, la pretendida pureza de Mario quedaba empeñada por un artificio de base notorio. Se me veía el plumero” (2)
Escrita así, parece que en Cinco horas con Mario las ideas de Carmen son defendidas y las de Mario rechazadas, aunque en realidad es todo lo contrario. Con su monólogo, lleno de verdades a medias, de preocupaciones banales y sin reflexión alguna, Carmen piensa que hace una crítica a Mario, aunque al final la convierte en su propia crítica. Defendiéndose a sí misma de esa manera, termina defendiendo a Mario y hace que el lector alabe la manera de pensar de Mario y su esfuerzo por promover el cambio.
“En este libro llegué a la conclusión de que Carmen era más consistente y expresaba mejor su elementalidad si tomaba ella la palabra. Dada la mediocridad de esta protagonista, la figura de Mario resultaba, por reflejo, al ser atacada sistemáticamente por la memez, ejemplar para nosotros. No brillante, ¿verdad?, sino ejemplar” (3)
Por otro lado, Delibes decide dejar hablar a Carmen porque ella es la voz que se oía y porque el lector, de este modo, comprende lo ridículo que es su discurso y lo equivocada que está. El lector se da cuenta de que el que tiene razón y al que hay que parecerse es Mario.

Pongámonos en el caso de que la novela se escribe con Mario y Carmen vivos y discutiendo continuamente. Estaríamos ante una pelea continua en la que cada cual defiende sus ideales y ataca los contrarios. Pero al reproducir solo el monólogo de Carmen, Delibes hace que ella misma sea su defensa, su ataque y la defensa del otro.

Otra de las genialidades de Delibes es la reducción de tiempo y espacio. La novela estrictamente duraría cinco horas de monólogo y solo se desarrollaría en el despacho de Mario, donde descansa su ataúd y Carmen pasa la noche hablándole. No obstante, el tiempo se extiende a toda la historia de España desde la República y el espacio se abre a todo el país gracias a todos los comentarios y recuerdos de Carmen.

Estas limitaciones espacio-temporales también añaden una experiencia al lector. Delibes consigue que quien lee la obra sienta lo que posiblemente Mario sentía. La voz incansable y llena de sinsentidos de Carmen se oye y nos hace partícipes de la opresión y el agobio a los que Mario estaba expuesto. El lector siente la falta de libertad, de espacio y de tiempo de la misma manera que Mario y que muchas personas durante la dictadura franquista.
“En Cinco horas con Mario sí puede considerarse una cierta novedad esa especie de fórmula de círculos concéntricos que he empleado. Quiero decir que los personajes y el tema de la novela están ya prácticamente definidos en los primeros capítulos. En los siguientes, el núcleo central se va ampliando, como cuando tiras una piedra al río, en círculos cada vez más grandes, con nuevas anécdotas, sugerencias y matices. La historia, pues, apenas progresa; simplemente se enriquece” (4)
En cuanto a la forma, también hay que destacar la falta de una estructura clara y definida. Hay un constante ir y venir en el discurso de Carmen, que vuelve a temas ya tratados o incluye algunos nuevos.
“Quien más, quien menos, estáis todos envenenados, como yo digo, que me dan escalofríos cada vez que pienso que te has ido sin reconciliarte, y no porque piense que tú seas malo, que no, pero eres crédulo, eso, crédulo y un poco bobo, Mario, por qué no decirlo, porque, en cambio, lo que hace Cáritas te parecía muy bien, que no lo entiendo, la verdad, porque si algo ha hecho Cáritas en este sentido es impedirnos el trato directo con el pobre y suprimir la oración antes del óbolo, o sea, malmeter a los verdaderamente pobres” (5) 
Carmen repite una y otra vez los temas que le obsesionan y va aportando nueva información, como ocurre con el episodio en el que narra su encuentro con un antiguo pretendiente.

Alguna vez se le ha preguntado a Delibes si no podría haber reducido la novela. Como lectores lo hemos podido pensar, ¿por qué dar tantas vueltas? Pues porque la novela se basa en eso. Delibes recoge a la perfección los pensamientos de Menchu y los hace salir a través de un discurso monologado con sus muletillas, sus repeticiones, sus titubeos… Cuando se lee Cinco horas con Mario (solo leyendo el fragmento anterior es suficiente) escuchamos la voz de Carmen y a través de ella la de Mario y, por supuesto, la de las dos Españas.

Creo que esta reflexión de Delibes explica mejor el porqué de tantos giros, idas y venidas:
“En la historia de Menchu y Mario hay sucesivos enriquecimientos, pero escasos progresos. Es una historia verada; no anda. Yo podía haberla dejado en la mitad o haber seguido hasta el infinito” (6)
La pregunta es, ¿no es la historia de España también una historia con poco progreso? Está claro que ha habido un avance desde los años 60, en los que se publica la novela, hasta hoy, pero Cinco horas con Mario nos hace reflexionar sobre la falta de comunicación no del matrimonio, sino del país.

No debemos olvidar que la historia de Mario y Carmen es un reflejo de la historia de las dos Españas y que cualquier reflexión sobre cómo se constituye el monólogo de Menchu hay que extrapolarla a cómo se constituye el monólogo de España, porque entonces tampoco había diálogo.

Miguel Delibes escribió una novela valiente y complicada. Supo darle la forma y el contenido precisos para que llegase a un público concreto, porque esta obra, para ser entendida correctamente, debe ser leída correctamente.

Tomando como partida la teoría del narrador fiable/no fiable de Wayne Booth, el lector se percata de que Carmen es nuestra narradora, pero también de que no es fiable. El lector crítico ve que la mayoría de lo que Carmen dice no tiene mucho sentido y que es incapaz de reflexionar. Delibes escribe esta obra para un lector que sea capaz de entenderla y comprenderla.

Y esta comprensión, esta esperanza de que la novela se entienda y suponga, cuanto menos, una reflexión, queda reflejada en la figura de un personaje que para algunos queda olvidada: la del hijo.
“[…] Altés [un crítico literario] vio en la figura del hijo la esperanza. Y esto es lo que yo pretendí. El chico habla a su madre, en las últimas páginas del libro, en un tono afectuoso y trata de hacerle comprender que los buenos no son los de la derecha, ni los malos los de la izquierda, sino que todos, a la derecha y a la izquierda, somos buenos y malos, que lo que hay que hacer es tratar de hablar y comprenderse, abrir las ventanas en un país que no las abre desde siglos. En fin, esta actitud del chico, de reconciliación, opuesta a nuestro tradicional maniqueísmo, comporta un rayo de esperanza. Si los jóvenes fueran así, es evidente que pasado mañana dejarían de existir Menchus en el país” (7)
Aunque es una cita extensa, cierro la entrada con ella porque creo que, como la mayoría de las cosas que dice Delibes, es bastante acertada y nos lleva a una reflexión sobre la obra, sobre el pasado y sobre el presente.


NOTAS
(1) ALONSO DE LOS RÍOS, César, Conversaciones con Miguel Delibes, p. 135
(2) Ibid., p. 134
(3) Ibid., p. 132
(4) Ibid., p. 131
(5) DELIBES, Miguel, Cinco horas con Mario, p. 83
(6) ALONSO DE LOS RÍOS, César, op. cit., p. 135
(7) Ibid., p. 92


BIBLIOGRAFÍA


- ALONSO DE LOS RÍOS, César, Conversaciones con Miguel Delibes. Madrid (España): Editorial Magisterio Español, S. A., 1971, 235 págs. ISBN:  978-84-265-7080-2

-  CANO BALLESTA, Juan, "Miguel Delibes testigo solapado de una época: Cinco horas con Mario" [en línea]. En: Miguel Delibes. Alicante (España): Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2012. Disponible en: <http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor-din/miguel-delibes-testigo-solapado-de-una-epoca-cinco-horas-con-mario/html/0e0da22a-c0ec-11e1-b1fb-00163ebf5e63_3.html#I_0_>

- DELIBES, Miguel, Cinco horas con Mario. Barcelona (España): Ediciones Destino, S. A.,1981, 296 págs. ISBN: 84-233-1130-9

- REY, Alfonso, "Forma y sentido de Cinco horas con Mario". En: YNDURÁIN, Domingo, Época contamporánea: 1939-1980 (Tomo 8). En: Historia y crítica de la literatura española. Francisco Rico (dir.). Barcelona (España): Editorial Crítica, S. A., 2004, págs. 448-454. ISBN: 84-7423-146-9

- SOBEJANO, Gonzalo, "Los poderes de Antonia Quijana (Sobre Cinco horas con Mario)" [en línea]. En: Miguel Delibes. Alicante (España): Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2009. Disponible en: <http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor-din/los-poderes-de-antonia-quijana-sobre-cinco-horas-con-mario-de-miguel-delibes-0/html/0219f862-82b2-11df-acc7-002185ce6064_2.html#I_0_>

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