jueves, 18 de mayo de 2017

La novela de la vivienda.



La novela de la vivienda.

En esta entrada, me propongo ofrecer una caracterización de la novela social de la vivienda.
Las novelas de esta temática tienen en cuenta los barrios del extrarradio de las ciudades, en los que abundan las chabolas, los chamizos y, en definitiva, las viviendas en peores condiciones. Esta temática, restringida en cierto modo a lo urbano y al problema de la vivienda, hace que las novelas no presenten una crítica tan amplia como las otras novelas sociales que hemos ido perfilando. En La Resaca, de Juan Goytisolo, los personajes viven en un barrio chabolista barcelonés y aunque la trama no desarrolla con exactitud los desahucios o los problemas de vivienda, sí deja traslucir con claridad las personalidades de los que vivían en este tipo de barrios y la manera en la que se ganaban la vida.
Sin embargo, muchas novelas, aparte de abordar el problema de la vivienda y la pobreza, aprovechan para abordar otras cuestiones. Una chabola en Bilbao, de José Luis Martín Vigil, por ejemplo, emplea la precaria situación de un suburbio de Bilbao para afrontar el tema de la caridad religiosa. Así, Gil Casado resume la cuestión novelada en la siguiente pregunta:
«¿Qué constituye la verdadera caridad? ¿la atención que el médico ateo presta a las necesidades ma­teriales y concretas de los habitantes de Aritamendi, o la insulsa catequesis que organiza un jesuita secundado por un gru­po de señoritos?» [1]
En estas obras, el problema de la vivienda es un medio para criticar la desesperanza y las ínfimas condiciones de vida de los habitantes de estos barrios. Por ejemplo, hay una crítica recurrente al hecho de que, al descubrirse un edificio ilegal o un poblado chabolista, los ayuntamientos se limitaban a desahuciar a los que vivían allí, sin ofrecerles otra alternativa.
Cabe afirmar, sin embargo, que sí hay otras novelas sociales que, aunque no tratan el tema de la vivienda en exclusividad, sí ofrecen una crítica al mismo. Muestra de ello podría ser Tiempo de silencio, de Luis Martín-Santos (1962), que, aunque no hace una crítica directa a la situación de los barrios chabolistas, sí ofrece una muestra de las condiciones en las que residían sus habitantes.
De entre estas novelas, destacamos las siguientes: Los olvidados, de Ángel M.ª de Lera (1957), La resaca, de Juan Goytisolo (1958), La piqueta, de Antonio Ferres (1959) o Una chabola en Bilbao, de José Luis Martín Vigil (1960).

NOTAS:
[1] Gil Casado, Pablo, 1968, p. 386.

Bibliografía:

Ø  Gil Casado, Pablo, La novela social española (1942-1975), Barcelona, ed. Seix Barral, 1968, (1973).

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