La novela de la vivienda.
En esta entrada, me propongo ofrecer una
caracterización de la novela social de la vivienda.
Las novelas de esta temática tienen en
cuenta los barrios del extrarradio de las ciudades, en los que abundan las
chabolas, los chamizos y, en definitiva, las viviendas en peores condiciones.
Esta temática, restringida en cierto modo a lo urbano y al problema de la
vivienda, hace que las novelas no presenten una crítica tan amplia como las
otras novelas sociales que hemos ido perfilando. En La Resaca, de Juan Goytisolo, los personajes viven en un barrio
chabolista barcelonés y aunque la trama no desarrolla con exactitud los desahucios
o los problemas de vivienda, sí deja traslucir con claridad las personalidades
de los que vivían en este tipo de barrios y la manera en la que se ganaban la
vida.
Sin embargo, muchas novelas, aparte de
abordar el problema de la vivienda y la pobreza, aprovechan para abordar otras
cuestiones. Una chabola en Bilbao, de
José Luis Martín Vigil, por ejemplo, emplea la precaria situación de un
suburbio de Bilbao para afrontar el tema de la caridad religiosa. Así, Gil
Casado resume la cuestión novelada en la siguiente pregunta:
«¿Qué constituye la verdadera caridad? ¿la
atención que el médico ateo presta a las necesidades materiales y concretas de
los habitantes de Aritamendi, o la insulsa catequesis que organiza un jesuita
secundado por un grupo de señoritos?» [1]
En estas obras, el problema de la vivienda
es un medio para criticar la desesperanza y las ínfimas condiciones de vida de
los habitantes de estos barrios. Por ejemplo, hay una crítica recurrente al
hecho de que, al descubrirse un edificio ilegal o un poblado chabolista, los
ayuntamientos se limitaban a desahuciar a los que vivían allí, sin ofrecerles
otra alternativa.
Cabe afirmar, sin embargo, que sí hay
otras novelas sociales que, aunque no tratan el tema de la vivienda en exclusividad,
sí ofrecen una crítica al mismo. Muestra de ello podría ser Tiempo de silencio, de Luis
Martín-Santos (1962), que, aunque no hace una crítica directa a la situación de
los barrios chabolistas, sí ofrece una muestra de las condiciones en las que
residían sus habitantes.
De entre estas novelas, destacamos las
siguientes: Los olvidados, de Ángel M.ª
de Lera (1957), La resaca, de Juan Goytisolo
(1958), La piqueta, de Antonio Ferres
(1959) o Una chabola en Bilbao, de
José Luis Martín Vigil (1960).
NOTAS:
[1] Gil Casado, Pablo, 1968, p. 386.
Bibliografía:
[1] Gil Casado, Pablo, 1968, p. 386.
Bibliografía:
Ø Gil
Casado, Pablo, La novela social española
(1942-1975), Barcelona, ed. Seix Barral, 1968, (1973).
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