Siguiendo
con el orden cronológico de la novela social, debemos contextualizar la
siguiente década, puesto que la sociedad, y lo que en ella ocurre, cambia con
respecto a la anterior.
En
los años 50, Europa, en general, y España, en particular, consiguen salir de la
posguerra, tanto de la Segunda Guerra Mundial como de la Guerra Civil española.
Así, España se abre y se suaviza el aislamiento internacional que había sufrido al acabar la
Segunda Guerra Mundial. Con la apertura de España al resto del mundo, se
termina el racionamiento y el mercado negro que había marcado la década
anterior.
Es
una época en la que también se produce la emigración del mundo rural al núcleo
urbano, en busca de un trabajo seguro. Fueron tantos los que se desplazaron a
las capitales, que la industria no producía tantos empleos. Como consecuencia,
<<las ciudades se ven sitiadas por un cinturón de miseria en el que los
inmigrados viven en condiciones infrahumanas>>[1]. Al contrario de estos
proletarios que viven en la necesidad, la burguesía y la clase media vuelven a
recuperar la comodidad económica que había tenido antes de la guerra.
Con
el paso de los años, se produce el distanciamiento crítico con respecto a la
guerra y comienzan a darse movimientos que hacen referencia a la actualidad del
momento. Escritos que hacen referencia a este distanciamiento se editan en
revistas como La Hora (Madrid) o Revista (Barcelona). Además, también
podemos apreciar esta nueva conciencia en obras como España como problema (1949) de Pedro Laín Entralgo o España sin problema (1949) de Rafael
Calvo Serer, que lo escribe como respuesta al anterior.
La
apertura de España hace que sea aceptada dentro de la FAO (Food and Agriculture Organization of the United Nations). Gracias a
la entrada de España en esta organización, la represión dejó de ser tan
agresiva como en años anteriores. Asimismo, el hecho de que la dictadura vuelva
a ser aceptada las Naciones Unidas trae consigo una mayor libertad de opinión.
Por ello, es un momento en el que se dan dos posturas con respecto a la
política: la que se produce por parte de aquellos que han sido víctimas de la
guerra y la adoptada por aquellos que se vieron beneficiados.
En
el terreno de la literatura, todos estos hechos favorecen que los jóvenes
literatos se aglutinen en diferentes grupos según sus posiciones ideológicas,
sobre todo alrededor de dos ciudades: Madrid y Barcelona. También provoca la
creación de propuestas, tanto formales como ideológicas.
Los
escritores de estos años van a tener como puntos en común:
-
<<Concepción de la novela marcada
por la idea sartriana del compromiso –moral o político, pero de intención
crítica, en cualquier caso->>[2]
-
Influencia del neorrealismo italiano y la ‘generación
maldita’ norteamericana
La
narrativa del momento se va a dividir en dos tendencias, aunque es difícil
separar una de otra:
-
Tendencia neorrealista à
voluntad testimonial y humanitaria
-
Novela social à
denuncia directa de lo que está aconteciendo
BIBLIOGRAFÍA
Soldevila
Durante, I. (2001). Historia de la novela
española (1936-2000). Volumen I. Madrid: Cátedra.
Rodríguez
Cacho, L. (2009). Manual de historia de
la literatura española. Madrid: Castalia.
Historia
mundial. España durante el franquismo.
Historia Mundial. https://sites.google.com/site/histmundialbach/espana-durante-el-franquismo
[Acceso 4 Mayo 2017].
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