martes, 9 de mayo de 2017

LA NOVELA DE CORTE SOCIAL A PARTIR DE LOS AÑOS 60

Continuando con la novela de corte social en la que baso mis entradas, en esta expondré el realismo tradicional y social que se produce a partir de los años 60.

Durante los años 60, se produjo un gran movimiento hacia la novela experimental, la cual predominó en la narrativa de esta década y las siguientes. Junto al cultivo de esta, otros narradores continuaron atendiendo a otros géneros, como:

-         Realismo tradicional.
-         Novela de corte existencial.
-         Realismo social.
-         Novela simbólica.
-         Novela metafísica.
-         Fabulación mágica.

En mi caso particular, no hablaré de autores que trataron todos estos géneros de los sesenta, sino solo aquellos que en sus escritos reflejan a la sociedad del momento, con sus acontecimientos, sus preocupaciones, sus pensamiento, etc. Por ello, me dedicaré a desglosar autores, algunos no muy famosos, que se encuadran dentro del realismo tradicional y el realismo social.


REALISMO TRADICIONAL

Salvador García de Pruneda. En su primera novela, La soledad de Alcuneza (1961), utiliza a su protagonista, su alter ego, para hacer una descripción en primera persona sobre las acciones que un grupo de militares emprende y la realidad con la que se encuentran a su alrededor. En La encrucijada de Carabanchel (1963) retrata las decisiones ideológicas que diferentes personajes, especialmente un burgués, tienen que tomar porque saben que la guerra civil va a estallar. De esta manera, se exponen los momentos previos y las acciones que acaban desembocando en el conflicto bélico. Para finalizar, en La puerta falsa (1969) nos dibuja a una familia aristócrata, a través de la cual denuncia el prototipo de terrateniente andaluz que, según su parecer, ya no tiene cabida dentro de la modernidad.

Ramón Carnicer. Su obra Cuentos de ayer y de hoy (1961) encierra una pequeña crítica de los hábitos y tradiciones de los habitantes de una ciudad provinciana interior. Donde las Hurdes se llaman Cabrera (1964) es un libro de viajes en el que se va describiendo el paisaje de estos lugares, pero en el que a la vez se encierran opiniones y reproches acerca de aquello que va observando.  

Ángel Palomino. <<Cultiva un incisivo humorismo costumbrista de tono satírico-esperpéntico que nos da una versión hilarante de los hechos reales>>[1]. Entre sus obras destacan Zamora y Gomorra (1968), en la que critica las difamaciones y malas habladurías que suelen darse con frecuencia en la vida de la provincia; Torremolinos Gran hotel (1971), obra con gran éxito de público, en ella habla sobre la gran cantidad de turistas que llegan a esta parte de la costa española; y Madrid Costa Fleming (1973), novela en la que censura la burguesía de Madrid. A través de las últimas publicaciones de este autor, podemos apreciar los cambios que ha sufriendo la sociedad. Así, por ejemplo, tenemos títulos como: Divorcio para una virgen rota (1977), Las otras violaciones (1979), Adiós a los vaqueros (1984) o Este muerto no soy yo (1989).


REALISMO SOCIAL

Era una tendencia que ya se había cultiva durante los años 50. Sin embargo, <<hacia 1966 se percibe ya claramente que la mayoría de los escritores del realismo social necesita experimental vías de expresión distintas, y lo hace con impulso entusiasta>>[2]. De esta manera, este género se ve influido por las nuevas técnicas que estaban surgiendo en la literatura hispanoamericana del momento (La ciudad y los perros, Vargas Llosa; Rayuela, Cortázar; Cien años de soledad, García Márquez). Gracias a dichos textos hispanoamericanos, los narradores españoles se vieron atraídos por las recientes propuestas en el plano lingüístico y de la imaginación. Así, desde este nuevo enfoque, se establece una manera diferente de contar la realidad del momento.

En este caso, primero destacaré títulos de obras de autores bastantes conocidos que son muy importantes para este género, y después haré una pequeña lista de autores que quizá no tengan tanta fama.

Obras:

-         Señas de identidad (1966), Juan Goytisolo. <<Suponía un giro radical en la trayectoria del autor: de a narración objetivista preocupada por los condicionamientos socio-económicos, se pasaba a un subjetivismo volcado en comprender más bien las ataduras culturales y sus vínculos afectivos>>[3]. Su protagonista va uniendo en su pensamiento hechos que le han ocurrido a lo largo de su vida y que le permiten analizar el momento en el que vive, además de los años anteriores a dicho instante. Introduce Goytisolo una renovación lingüística a lo largo de estas páginas. De esta forma, nos encontramos con diálogos en francés y con un distanciamiento de las normas de puntuación.

-         Reivindicación del Conde Don Julián (1970), Juan Goytisolo. Realiza una libre interpretación de la  historia de España. Para su redacción, no sigue las normas de puntuación ni disposición del texto, sino que escribe todas las oraciones seguidas.

-         Cinco horas con Mario (1966), Miguel Delibes. Tiene gran atractivo desde el punto de vista sociológico, puesto que, en esta novela, se exponen las dos ideologías reinantes en esta época y dos universos culturales diferentes, a través del monólogo de una esposa junto al cuerpo de su difunto marido. Gran parte del soliloquio de la protagonista se basa en críticas a las acciones de su marido.

-         Últimas tardes con Teresa (1966), Juan Marsé. Se nos cuenta en ella la historia de amor entre una joven universitaria de la alta burguesía y un chico de clase baja durante la época de la posguerra. La diferencia entre las dos clases se va haciendo cada vez mayor, hasta que al final reina la separación de las clases sociales y cada uno vuelve a su vida.

-         Vísperas, festividad y octava de San Camilo del año 1936 en Madrid (1969), Camilo José Cela.  El protagonista hace memoria acerca de aquellos sucesos que iban viendo por la calle los días previos al estallido de la guerra. Como quiere plasmar con palabras aquello que pasa por la mente de su protagonista, no emplea la distribución por párrafos ni las normas de puntuación.

Otras obras con gran repercusión:

-         Inés Just Cuming (1968), Alfonso Grosso.
-         Off-Side (1968), Torrente Ballester.
-         El gran momento de Mary Tribune (1972), Juan García Hortelano.
-         La señorita B (1971), Ramón Nieto.
-         Si te dicen que caí (1973), Juan Marsé.

Autores menos conocidos:

-         Ramiro Pinilla. Su obra Las ciegas hormigas (1961) relata la dura lucha para subsistir de una familia vasca de clase baja, la cual no mide los riesgos con tal de tener un medio para conseguir dinero. <<Aramburu [RCh, 60] la considera la novela vasco por antonomasia, “en la medida en que refleja […] esa combinación fatal de mentalidad obstinada y de destino adverso que ha terminado por prevalecer en la moderna historia de mis paisanos [los vascos]>>[4].

-         Manuel Barrios. Los temas que más abundan en su obra literaria son aquellos que tratan la historia y la población de Andalucía y la guerra civil. Basándonos en dichos asuntos, podemos citar obras como La espuela (1965), sobre la burguesía de Sevilla; El miedo (1969), acerca las consecuencias psicológicas que la guerra civil ha tenido sobre la población aunque hayan pasado varios años; Retablo de picardías (1972), obra en la que enumera la vida de un joven sevillano durante el periodo del combate; o La guerra ha terminado (1974), conjunto de relatos sobre el conflicto bélico.

-         Manuel Ferrand. Sus dos primeras obras están enmarcadas en la crítica social. Así, en El otro bando (1967) censura el hecho de que la justicia no sea igual para todos, sino que, por ser hijo de un marqués, el peso de la ley será menor. Su novela Con la noche a cuestas (1968) es una reunión de diferentes personas con oficios comunes y de poca calificación, a través de los cuales estudia dichos tipos humanos. Con La sotana colgada (1971) estudia el momento por el que está atravesando la iglesia.

-         Concha Alós. En su narrativa, <<se ocupa tanto de los problemas íntimos como de los que genera el entorno en que viven. Le interesan particularmente las dificultades que arrastra la mujer, reducida a una situación desventajosa>>[5]. Su novela Los enanos (1962) retrata la vida de una serie de personajes que están rodeados por la pobreza. En Los cien pájaros (1963) se centra en la historia de una chica que no quiere vivir la misma vida sometida que su madre. Al escapar de ello, se topa en su camino con miembros de la clase acomodada, lo que le hace luchar también contra la desigualdad.  Trata también tema de las consecuencias que tuvo la guerra civil en la población en sus obras El caballo rojo (1966) y La madama (1969). Por último, en Argeo ha muerto, supongo (1982) habla sobre la resignación de una mujer por no salirse de las normas sociales que se le imponen.

-         José Asenjo Sedano. Sus obras se mueven alrededor de la temática de la guerra civil y la posguerra, dando importancia a los niños, a los cuales los coloca como víctimas de este combate. En Crónica (1973) pone de manifiesto el odio que la guerra ha dejado en una familia. Narraciones sobre la guerra (1977) es una autobiografía de los acontecimientos por los que su autor pasó en su infancia.

-         Mauro Muñiz. En La huelga (1968) se nos cuentan la forma que los personajes tienen de reacción ante este hecho que nace en el sector de la metalurgia.

-         Gonzalo Torrente Malvido. Su primera novela es Hombres varados (1963), en la que critica a la parte de la burguesía desocupada que no tiene sus propios ideales. Para Balada de Juan Campos (1963) utiliza el lenguaje de los presidiarios para atestiguar la vida que un joven ha pasado en la cárcel, a pesar de ser inocente. Este lenguaje lo vuelve a utilizar en Sonata en muerte menor (1981).

Por lo tanto, a pesar de que a partir de los años 60 apareciesen otros géneros narrativos, el realismo, especialmente el social, nunca deja de cultivarse. En bastantes obras sus autores nos describen la sociedad de su momento, e incluso hacen referencias a otros momentos históricos y las consecuencias que han tenido años después. Así, reflejo de la sociedad en las páginas de las novelas ha seguido presente durante las siguientes décadas, aunque fuesen otras las tendencias que estaban en auge.



BIBLIOGRAFÍA
Rodríguez Cacho, L. (2009). Manual de historia de la literatura española. Madrid: Castalia.
Pedraza Jiménez, F. y Rodríguez Cáceres, M. (2000). Manual de literatura española XIII. Posguerra: narradores. Tafalla (Navarra): Cénlit, Ediciones S.L.




[1] Pedraza Jiménez, F. y Rodríguez Cáceres, M. (2000). Manual de literatura española XIII. Posguerra: narradores. Tafalla (Navarra): Cénlit, Ediciones S.L., pág. 739.
[2] Rodríguez Cacho, L. (2009). Manual de historia de la literatura española. Madrid: Castalia, pág. 453.
[3] Rodríguez Cacho, L. (2009).O.C., pág. 454.
[4] Pedraza Jiménez, F. y Rodríguez Cáceres, M. (2000). O. C., pág. 747.
[5] Pedraza Jiménez, F. y Rodríguez Cáceres, M. (2000). O. C., pág. 751.

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