Continuando
con la novela de corte social en la que baso mis entradas, en esta expondré el
realismo tradicional y social que se produce a partir de los años 60.
Durante
los años 60, se produjo un gran movimiento hacia la novela experimental, la
cual predominó en la narrativa de esta década y las siguientes. Junto al
cultivo de esta, otros narradores continuaron atendiendo a otros géneros, como:
-
Realismo tradicional.
-
Novela de corte existencial.
-
Realismo social.
-
Novela simbólica.
-
Novela metafísica.
-
Fabulación mágica.
En
mi caso particular, no hablaré de autores que trataron todos estos géneros de
los sesenta, sino solo aquellos que en sus escritos reflejan a la sociedad del
momento, con sus acontecimientos, sus preocupaciones, sus pensamiento, etc. Por
ello, me dedicaré a desglosar autores, algunos no muy famosos, que se encuadran
dentro del realismo tradicional y el realismo social.
REALISMO TRADICIONAL
Salvador García de Pruneda.
En su primera novela, La soledad de Alcuneza
(1961), utiliza a su protagonista, su alter
ego, para hacer una descripción en primera persona sobre las acciones que
un grupo de militares emprende y la realidad con la que se encuentran a su
alrededor. En La encrucijada de
Carabanchel (1963) retrata las decisiones ideológicas que diferentes
personajes, especialmente un burgués, tienen que tomar porque saben que la
guerra civil va a estallar. De esta manera, se exponen los momentos previos y
las acciones que acaban desembocando en el conflicto bélico. Para finalizar, en
La puerta falsa (1969) nos dibuja a
una familia aristócrata, a través de la cual denuncia el prototipo de
terrateniente andaluz que, según su parecer, ya no tiene cabida dentro de la
modernidad.
Ramón Carnicer. Su obra Cuentos de ayer y de hoy (1961) encierra
una pequeña crítica de los hábitos y tradiciones de los habitantes de una
ciudad provinciana interior. Donde las
Hurdes se llaman Cabrera (1964) es un libro de viajes en el que se va
describiendo el paisaje de estos lugares, pero en el que a la vez se encierran
opiniones y reproches acerca de aquello que va observando.
Ángel Palomino. <<Cultiva un
incisivo humorismo costumbrista de tono satírico-esperpéntico que nos da una
versión hilarante de los hechos reales>>[1]. Entre sus obras destacan Zamora y Gomorra (1968), en la que
critica las difamaciones y malas habladurías que suelen darse con frecuencia en
la vida de la provincia; Torremolinos
Gran hotel (1971), obra con gran éxito de público, en ella habla sobre la
gran cantidad de turistas que llegan a esta parte de la costa española; y Madrid Costa Fleming (1973), novela en
la que censura la burguesía de Madrid. A través de las últimas publicaciones de
este autor, podemos apreciar los cambios que ha sufriendo la sociedad. Así, por
ejemplo, tenemos títulos como: Divorcio
para una virgen rota (1977), Las
otras violaciones (1979), Adiós a los
vaqueros (1984) o Este muerto no soy
yo (1989).
REALISMO SOCIAL
Era
una tendencia que ya se había cultiva durante los años 50. Sin embargo, <<hacia
1966 se percibe ya claramente que la mayoría de los escritores del realismo
social necesita experimental vías de expresión distintas, y lo hace con impulso
entusiasta>>[2].
De esta manera, este género se ve influido por las nuevas técnicas que estaban
surgiendo en la literatura hispanoamericana del momento (La ciudad y los perros, Vargas Llosa; Rayuela, Cortázar; Cien años
de soledad, García Márquez). Gracias a dichos textos hispanoamericanos, los
narradores españoles se vieron atraídos por las recientes propuestas en el
plano lingüístico y de la imaginación. Así, desde este nuevo enfoque, se
establece una manera diferente de contar la realidad del momento.
En
este caso, primero destacaré títulos de obras de autores bastantes conocidos
que son muy importantes para este género, y después haré una pequeña lista de
autores que quizá no tengan tanta fama.
Obras:
-
Señas de identidad
(1966), Juan Goytisolo. <<Suponía un giro radical en la
trayectoria del autor: de a narración objetivista preocupada por los
condicionamientos socio-económicos, se pasaba a un subjetivismo volcado en
comprender más bien las ataduras culturales y sus vínculos afectivos>>[3]. Su protagonista va
uniendo en su pensamiento hechos que le han ocurrido a lo largo de su vida y
que le permiten analizar el momento en el que vive, además de los años
anteriores a dicho instante. Introduce Goytisolo una renovación lingüística a
lo largo de estas páginas. De esta forma, nos encontramos con diálogos en francés
y con un distanciamiento de las normas de puntuación.
-
Reivindicación del Conde Don Julián (1970), Juan Goytisolo. Realiza
una libre interpretación de la historia
de España. Para su redacción, no sigue las normas de puntuación ni disposición
del texto, sino que escribe todas las oraciones seguidas.
-
Cinco horas con Mario (1966), Miguel Delibes. Tiene gran
atractivo desde el punto de vista sociológico, puesto que, en esta novela, se
exponen las dos ideologías reinantes en esta época y dos universos culturales
diferentes, a través del monólogo de una esposa junto al cuerpo de su difunto
marido. Gran parte del soliloquio de la protagonista se basa en críticas a las
acciones de su marido.
-
Últimas tardes con Teresa (1966), Juan Marsé. Se nos cuenta en
ella la historia de amor entre una joven universitaria de la alta burguesía y
un chico de clase baja durante la época de la posguerra. La diferencia entre
las dos clases se va haciendo cada vez mayor, hasta que al final reina la
separación de las clases sociales y cada uno vuelve a su vida.
-
Vísperas, festividad y octava de San Camilo del año
1936 en Madrid (1969), Camilo
José Cela. El
protagonista hace memoria acerca de aquellos sucesos que iban viendo por la
calle los días previos al estallido de la guerra. Como quiere plasmar con
palabras aquello que pasa por la mente de su protagonista, no emplea la
distribución por párrafos ni las normas de puntuación.
Otras
obras con gran repercusión:
-
Inés Just Cuming
(1968), Alfonso Grosso.
-
Off-Side (1968),
Torrente Ballester.
-
El gran momento de Mary Tribune (1972), Juan García Hortelano.
-
La señorita B (1971),
Ramón Nieto.
-
Si te dicen que caí (1973),
Juan Marsé.
Autores
menos conocidos:
-
Ramiro Pinilla.
Su obra Las ciegas hormigas (1961)
relata la dura lucha para subsistir de una familia vasca de clase baja, la cual
no mide los riesgos con tal de tener un medio para conseguir dinero.
<<Aramburu [RCh, 60] la
considera la novela vasco por antonomasia, “en la medida en que refleja […] esa
combinación fatal de mentalidad obstinada y de destino adverso que ha terminado
por prevalecer en la moderna historia de mis paisanos [los vascos]>>[4].
-
Manuel Barrios.
Los temas que más abundan en su obra literaria son aquellos que tratan la historia
y la población de Andalucía y la guerra civil. Basándonos en dichos asuntos,
podemos citar obras como La espuela
(1965), sobre la burguesía de Sevilla; El
miedo (1969), acerca las consecuencias psicológicas que la guerra civil ha
tenido sobre la población aunque hayan pasado varios años; Retablo de picardías (1972), obra en la que enumera la vida de un
joven sevillano durante el periodo del combate; o La guerra ha terminado (1974), conjunto de relatos sobre el
conflicto bélico.
-
Manuel Ferrand.
Sus dos primeras obras están enmarcadas en la crítica social. Así, en El otro bando (1967) censura el hecho de
que la justicia no sea igual para todos, sino que, por ser hijo de un marqués,
el peso de la ley será menor. Su novela Con
la noche a cuestas (1968) es una reunión de diferentes personas con oficios
comunes y de poca calificación, a través de los cuales estudia dichos tipos
humanos. Con La sotana colgada (1971)
estudia el momento por el que está atravesando la iglesia.
-
Concha Alós.
En su narrativa, <<se ocupa tanto de los problemas íntimos como de los
que genera el entorno en que viven. Le interesan particularmente las dificultades
que arrastra la mujer, reducida a una situación desventajosa>>[5]. Su novela Los enanos (1962) retrata la vida de una
serie de personajes que están rodeados por la pobreza. En Los cien pájaros (1963) se centra en la historia de una chica que
no quiere vivir la misma vida sometida que su madre. Al escapar de ello, se
topa en su camino con miembros de la clase acomodada, lo que le hace luchar
también contra la desigualdad. Trata
también tema de las consecuencias que tuvo la guerra civil en la población en
sus obras El caballo rojo (1966) y La madama (1969). Por último, en Argeo ha muerto, supongo (1982) habla
sobre la resignación de una mujer por no salirse de las normas sociales que se
le imponen.
-
José Asenjo Sedano.
Sus obras se mueven alrededor de la temática de la guerra civil y la posguerra,
dando importancia a los niños, a los cuales los coloca como víctimas de este
combate. En Crónica (1973) pone de
manifiesto el odio que la guerra ha dejado en una familia. Narraciones sobre la guerra (1977) es una autobiografía de los
acontecimientos por los que su autor pasó en su infancia.
-
Mauro Muñiz.
En La huelga (1968) se nos cuentan la
forma que los personajes tienen de reacción ante este hecho que nace en el
sector de la metalurgia.
-
Gonzalo Torrente
Malvido.
Su primera novela es Hombres varados
(1963), en la que critica a la parte de la burguesía desocupada que no tiene
sus propios ideales. Para Balada de Juan
Campos (1963) utiliza el lenguaje de los presidiarios para atestiguar la
vida que un joven ha pasado en la cárcel, a pesar de ser inocente. Este
lenguaje lo vuelve a utilizar en Sonata
en muerte menor (1981).
Por
lo tanto, a pesar de que a partir de los años 60 apareciesen otros géneros
narrativos, el realismo, especialmente el social, nunca deja de cultivarse. En
bastantes obras sus autores nos describen la sociedad de su momento, e incluso
hacen referencias a otros momentos históricos y las consecuencias que han
tenido años después. Así, reflejo de la sociedad en las páginas de las novelas ha
seguido presente durante las siguientes décadas, aunque fuesen otras las
tendencias que estaban en auge.
BIBLIOGRAFÍA
Rodríguez
Cacho, L. (2009). Manual de historia de la literatura española.
Madrid: Castalia.
Pedraza
Jiménez, F. y Rodríguez Cáceres, M. (2000). Manual de literatura
española XIII. Posguerra: narradores. Tafalla (Navarra): Cénlit, Ediciones
S.L.
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