martes, 2 de mayo de 2017

Comentario de "En la sombra", de Dámaso Alonso

En esta entrada me dispongo a analizar el poema "En la sombra" perteneciente a la obra Hijos de la Ira (1944). Antes de comenzar con mi comentario me gustaría ofreceros unas pequeñas pinceladas sobre la vida y la producción de su autor, hasta llegar a la publicación de la obra anteriormente mencionada.
“Para otros el mundo nos es un caos y una angustia, y la poesía
una frenética búsqueda de ordenación y de ancla. Sí, otros estamos 
muy lejos de toda armonía y de toda sinceridad.”

   Dámaso Alonso (1898-1990) es, a mi parecer, uno de los mejores poetas del siglo XX. Comenzó sus estudios en los jesuitas de Chamartín, donde destacaba en las matemáticas, gracias al interés que despertó en él desde bien pequeño el trabajo de su padre, ingeniero de minas. No obstante, su predilección por la literatura comenzaría en 1916, con tan sólo 18 años. En ese año y tras la muerte de Rubén Darío, Dámaso leyó por primera vez su poesía, lo que le hizo decantarse finalmente por esta rama. Se licenció en Derecho y en Filosofía y Letras, por la Universidad Central de Madrid, se formó en el Centro de Estudios Históricos dirigido por Ramón Menéndez Pidal, mientras tomaba parte en las actividades literarias e intelectuales en la Residencia de Estudiantes donde coincidió con Lorca, Buñuel o Dalí entre otros. Colaborador de la Revista de Occidente y de Los Cuatro Vientos, reivindica en ellas la poesía de Góngora, elaborando una gran edición crítica de las Soledades (1927) de éste. Esta fecha de publicación fue la que dio nombre a la Generación del 27, de la que se le considera miembro a pesar de que también se le suele encuadrar dentro de la primera generación poética de la posguerra.
   Dentro de su producción poética encontramos dos momentos bien diferenciados. Una primera poesía pura de inspiración juanramoniana y machadiana, en la que encuadraríamos Poemas puros: poemillas de ciudad (1924) y diversas poesías publicadas en revistas y periódicos, así como varias narraciones en prosa de influencia de Freud y Joyce entre otros. Tras ejercer como profesor en Cambridge, Oxford y en varias universidades de Estados Unidos, habiendo realizado estudios sobre la poesía de T. S. Eliot, comienza la gestación de su poesía existencialista. 
   A partir de 1939, tras la Guerra Civil, Dámaso nos muestra su visión desgarradora de la condición humana en Hijos de la Ira (1944) obra de la que el propio autor dijo que "fue un  libro de protesta cuando en España nadie se atrevía a protestar".


EN LA SOMBRA

Sí: tú me buscas.

A veces en la noche yo te siento a mi lado,
que me acechas,
que me quieres palpar,
y el alma se me agita con el terror y el sueño,
como una cabritilla, amarrada a una estaca,
que ha sentido la onda sigilosa del tigre
y el fallido zarpazo que no incendió la carne,
que se extinguió en el aire oscuro.

Sí: tú me buscas.

Tú me oteas, escucho tu jadear caliente,
tu revolver de bestia que se hiere en los troncos,
siento en la sombra
tu inmensa mole blanca, sin ojos, que voltea
igual que un iceberg que sin rumor se invierte en el
agua salobre.

Sí: me buscas.
Torpemente, furiosamente lleno de amor me buscas.

No me digas que no. No, no me digas
que soy náufrago solo
como esos que de súbito han visto las tinieblas
rasgadas por la brasa de luz de un gran navío,
y el corazón les puja de gozo y de esperanza.
Pero el resuello enorme
pasó, rozó lentísimo, y se alejó en la noche,
indiferente y sordo.

Dime, di que me buscas.
Tengo miedo de ser náufrago solitario,
miedo de que me ignores
como al náufrago ignoran los vientos que le baten,
las nebulosas últimas, que, sin ver, le contemplan.

COMENTARIO


   El título del poema nos sitúa en la noche, en la oscuridad, dentro de la cual la desesperanza, el miedo o la inseguridad se acrecientan.
   En este poema, Alonso nos muestra su temor y a su vez, su respeto más profundo hacia alguien a quién no nombra durante toda la composición. Podemos deducir que se trata de Dios, pero no un Dios bondadoso, sino ese Dios al que se recurre en momentos de desesperanza, en situaciones cercanas a la muerte. El autor nos transmite su miedo y, a la vez, su necesidad, lo que reflejaría ese sentimiento existencial propio de la poesía desarraigada.
   Desde el primer verso, Dámaso afirma que alguien le busca, alguien desconocido. Esa búsqueda termina convirtiéndose en persecución, en acecho. Mediante el uso de la segunda persona del singular nos muestra que siente la presencia de alguien a su lado, tan cerca que incluso le oye respirar. Ante este acecho el autor se encuentra inmóvil como "una cabritilla amarrada a una estaca" que percibe la proximidad de un tigre que ha errado en su intento de capturarle y se ha esfumado en el "aire oscuro".
   El poema cuenta con numerosos adverbios que lo dotan de un carácter estático y nos coloca en la sombra, espacio en el que se desarrolla. El uso de los colores es muy interesante ya que predomina una tonalidad oscura hasta la aparición de la "inmensa mole blanca", una luz en la oscuridad.
   En la segunda estrofa observamos como esa persecución se produce en un bosque, que podría representar la vida. En este bosque, el autor es capaz de percibir una figura entre las tinieblas, una figura sin ojos que se vuelve hacia él.
   Se repite la estructura "Sí: tú me buscas" a lo largo del poema. Lo que comienza siendo una búsqueda exhaustiva, termina siendo una búsqueda torpe, con rabia. 
   En la última estrofa, encontramos la repetición del adverbio "no". El autor no quiere ser un náufrago, no quiere que la soledad lo atrape, no quiere encontrarse con la muerte y Dios es el único que podría ayudarle. Reconoce que necesita estar cerca de él, de ese apoyo que le mantiene. El autor tiene miedo de que éste le ignore y le deje.


CONCLUSIÓN

   A mi parecer, el poema puede tener dos interpretaciones: la búsqueda que es realizada por parte de Dios o, por el contrario, la angustia del autor que le lleva a llamar y a buscar desesperadamente a Dios. Esa angustia existencial la encontramos como tema a lo largo de Hijos de la Ira, ya que para Dámaso "esta angustia de ser, es nuestra vida", es decir, la angustia es algo inseparable de la vida del ser humano. La soledad, el aislamiento y el abandono por parte de Dios, hacen que esta angustia vaya aumentando, como si de una pesadilla recurrente se tratase. 
   

Alonso, Dámaso, (1970) Hijos de la Ira, diario íntimo, Barcelona; Labor.
Jaroslaw Flys, Miguel, (1968) La poesía existencial de Dámaso Alonso, Madrid; Gredos.

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