lunes, 15 de mayo de 2017

CONCLUSIONES SOBRE ANTONIO BUERO VALLEJO

Como hemos podido observar a través de las distintas entradas realizadas sobre la figura del dramaturgo Antonio Buero Vallejo, se trata sin duda de una de las figuras más relevantes del teatro español. Autor de la importantísima Historia de una escalera, Buero recurría a numerosos recursos que conseguían hacer característico su teatro, principalmente a través de la denuncia social y el retrato realista de la sociedad, unido a la utilización de símbolos que permitieran hacer más estrecho el vínculo entre el espectador y aquello que el autor buscaba ponerle de frente.

En este repaso hemos aprendido a reconocer estos recursos, las características generales y comunes en su teatro y aquello que se esconde detrás de algunos de los símbolos más utilizados por el dramaturgo.



Hombre polifacético, amante de la pintura y brillante comunicador a través del arte, Buero buscó cambiar su sociedad llevando al escenario esa voz callada -que nunca ha de apagarse- a la que hacemos referencia en el título de nuestro blog, y pretendió tomarla de la realidad más pura y auténtica para que se hiciera oír, para que pudiera tener cabida en los escenarios, y por tanto, para que pudiera seguir siendo escuchada a través del tiempo en obras imperecederas.

Ético, sensible y “realista”, se esforzó siempre por afrontar la realidad de cara, y por hacernos crecer con su mensaje. Sin duda un hombre que merece la pena estudiar y comprender, no solo por la calidad de sus obras -que aún emocionan-, sino también por la increíble personalidad que desprendía, y que mostraba a un artista verdaderamente auténtico y comprometido con su realidad.



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