jueves, 18 de mayo de 2017

La novela de los vencidos.



La novela de los vencidos.

En esta entrada, caracterizaré las novelas que tienen como tema principal al colectivo de los vencidos en la guerra civil.
Conviene aclarar que cualquier novela social de las que hemos comentado trata, en cierto sentido, la situación de los vencidos, en tanto que todos los personajes oprimidos luchan contra un régimen que les aliena. Pero en el caso de estas novelas, lo que se critica suele ser la situación de los presidiarios o de aquellos que han sufrido las consecuencias de las leyes alienantes del franquismo. Los personajes de estas novelas, por tanto, pierden derechos libertades por combatir a quienes le oprimen.
Esto no ha de llevarnos a pensar que la aparición de un policía del régimen o de un atracador ya convierte a la novela en social, o siquiera en una obra sobre los vencidos. Para que esto sea así, como explicamos al principio de este trabajo, la obra debe retratar a una colectividad y debe exponer las causas que han podido llevar a un obrero, por ejemplo, a convertirse en atracador y a terminar preso. Por ejemplo, en Los atracadores, de Tomás Salvador, los protagonistas, uno burgués, otro obrero y otro estudiante universitario, forman una banda de atracadores que aumenta su violencia a medida que avanza la novela. Lo que la convierte en social es que su actitud, que a simple vista carecería de justificación, se interpreta como la consecuencia de una guerra y de unos tiempos que han dado lugar a una juventud desorientada. Otro caso lo encontramos en Los otros, de Luis Romero. En esta obra, el obrero de una fábrica catalana atraca al cobrador de las nóminas. Por determinadas circunstancias, halla más resistencia de la que había previsto y termina herido de bala por la policía. Logra escapar y ocultarse en un solar, pero cuando al anochecer sale para que algún familiar le cure la herida, no encuentra a nadie. El trasunto de crítica social de la novela no lo encontramos en el atraco en sí, sino en la alienación y la desigualdad que ha tenido que sufrir el obrero por parte de los industriales. Ha delinquido por la desigualdad imperante y ha terminado muerto por un sistema policial violento y represivo, a los ojos de estos autores.
Estas novelas, además, suelen criticar duramente las leyes injustas que endurecen las condenas de los prisioneros y al sistema judicial. En estos relatos, se entiende que el sistema de justicia está pensado para favorecer al que gobierna, al más favorecido por tras la guerra, y no para impartir justicia equitativamente. A este respecto, hay que decir que la actitud de un atracador queda justificada por las malas condiciones económicas, sociales y políticas en las que vive y, por tanto, si un juez le condena a prisión no imparte justicia, en tanto que no habría tenido en cuenta lo que ha llevado a esa persona a cometer el delito.
Otro tema, que entronca con los errores judiciales y las injusticias, lo apreciamos en Los vencidos, de Antonio Ferres. En la obra, se exponen las durísimas condiciones a que fueron condenados los presos políticos por el bando vencedor, exponiendo la arbitrariedad judicial y la horrible estancia en la cárcel de estos vencidos.
Gil Casado afirma, refiriéndose a Luis Romero y a su novela, que «Romero explora las actitudes y la situación en que se encuentran los obreros (por medio de los pensamientos del atracador)»[1], y esta cita es extrapolable al conjunto de novelas sociales de esta clase.
En esta temática, destacamos las siguientes obras: los atracadores, de Tomás Salvador (1955), Los otros, de Luis Romero (1956) y con Las manos vacías y Los vencidos, de Antonio Ferres (1964 y 1965).

NOTAS:
[1] Gil Casado, Pablo, 1968, p. 403.

Bibliografía:
Ø  Gil Casado, Pablo, La novela social española (1942-1975), Barcelona, ed. Seix Barral, 1968, (1973).






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