lunes, 8 de mayo de 2017

Comentario de "Escuadra hacia la muerte"

Escuadra hacia la muerte de Alfonso Sastre.
Esta obra, es la más aplaudida tanto por el público como por la crítica en toda la producción del autor. Se trata también de su primer gran éxito. Fue estrenada en el teatro María Guerrero de Madrid por el Teatro Popular Universitario en 1953.

Se trata de un drama bélico donde se vuelve a insistir en el tema de la culpabilidad, tras haber cometido un crimen y sus consecuencias. El argumento es el siguiente:

Un grupo de seis soldados se encuentran en un lugar desconocido en un tiempo irreal. Debido a la rígida disciplina impuesta por el jefe de la escuadra, el grupo de soldados se subleva y lo asesina. A partir de ese momento se expone cómo cada cual escapa a su propia angustia[1].

En cuanto a la estructura, se trata de un drama en dos partes con doce cuadros en total.

El acontecimiento que divide la obra en dos es el asesinato del cabo Goban, en concreto en el cuadro sexto. Este es el único hecho dramático de la obra, que aunque parezca anunciar un cambio en el día a día de los soldados, se vuelve otra vez a una situación en la que no pueden hacer nada. A partir del cuadro séptimo se inicia la segunda parte, y las dos partes tienen la misma duración.

Personajes:

El cabo Goban es el personaje antagónico y el principal enemigo. Con treinta y nueve años es una persona con toda una vida dedicada al ejército. Es intransigente, autoritario, con un gran sentido del deber y del cumplimiento de las normas y la ley hasta el absurdo, como mandar al grupo prácticamente que no duerma, haciendo turnos imposibles para estar en guardia, ante una amenaza prácticamente inexistente.
El cabo Goban, está condenado a ser el sargento de esta escuadra por haber matado un hombre sin motivo alguno en una instrucción. Esta culpa lo persigue porque en sueños grita que solo fue un accidente.
La frase que lo definiría es “el fin justifica los medios”, ya que no acepta ningún tipo de insubordinación, y actúa con violencia y agresividad cuando se le lleva la contraria, por ejemplo, con Andrés o Javier estando enfermo. La situación se hace tan insostenible, que llega un momento que estalla cuando lo asesinan.

Pedro es al único al que valora por sus acciones de guerra. Tiene veintinueve años, viene de un pueblo y trabajaba en una fábrica. Como todos sus compañeros, también ha cometido un crimen. El motivo fue la experiencia traumática que le causó la violación de su esposa durante la guerra, que le llevó a sufrir un ataque de locura y a matar a muchos hombres en un campo de prisioneros. A pesar de esto, es una persona noble y que se preocupa por sus compañeros.

Adolfo es el otro personaje discordante del grupo. Siempre ha vivido en la ciudad y dice que se dedica a los negocios. No soporta al cabo y es el que le da el golpe final que acaba con su vida. Es egoísta e interesado. Está cumpliendo condena por haber manipulado con los precios del trigo de su patrulla. Tiene mucha fuerza y confianza en sí mismo, y esto le lleva a ser el que más ganas tiene de vivir.

Javier es el personaje intelectual. Era profesor de metafísica, por eso mantiene una distancia con el resto del grupo debido a sus inquietudes existenciales. Es una persona muy familiar. Está ahí por ser un desertor, ya que no pudo soportar los horrores de la guerra. Al final como cree que no hay solución y que no podrá vivir con la idea de tener las manos manchadas de sangre, se cuelga de un árbol el día que van a llegar la patrulla a recogerlos.
Andrés es una persona dicharachera que solo quiere estar tranquilo. Mató a un sargento, mientras estaba bebido, de una puñalada. Es un alcohólico. El destino final es pasarse al enemigo porque solo quiere descansar y no sufrir más.

Luis es el personaje más trágico de la obra porque es el único superviviente de la escuadra. Tiene un buen corazón ya que se negó a disparar a un piquete de ejecución. Es el único que no participa en el asesinato del cabo Goban. Por esto, se siente excluido y marginado del grupo, hasta tal punto, que lamenta no haber estado con ellos porque no soporta encontrarse solo.

El espacio es único, con una cabaña en medio de un bosque. No hay nada más alrededor, por lo que se acrecienta la sensación de aislamiento y angustia que viven los personajes, al no saber qué ocurre a su alrededor, cosa que los desorienta.

El tiempo: transcurren en total dos meses, desde noviembre hasta febrero. Los cuadros son al amanecer y al anochecer, en horas nocturnas, situación que aumenta más el sentimiento de soledad. Aunque pasa tiempo, no ocurre nada en la escuadra. Hay una inmovilidad por el momento que están viviendo, encontrándose impotentes ante ella.

Dije que el tema principal de la obra es la culpa, pero antes de eso, me gustaría hablar de otro tema que ambienta la obra y que es también un muy importante: la guerra.

La guerra es el eje principal. Con esta obra, Alfonso Sastre quería hacer “un grito de protesta, una negación de la validez de las grandes palabras con que en las guerra se camufla el horror, una negación del heroísmo y de toda mística de la muerte”[2].

 La obra se ambienta en tiempos de guerra y marca profundamente a todos los personajes que son un ejemplo de la sociedad. Sastre los sitúa en una situación límite, y es en estas situaciones donde se saca a la luz todo lo bueno y lo malo que hay dentro de nosotros. Todos ahí están por una “falta” que cometieron durante la guerra, que todavía continúa. Hay faltas más entendibles que otras, como negarse a disparar a un piquete de ejecución, o desertar porque ya la situación se hace insoportable para el entendimiento.

Lejos de los grandes discursos para salvar a la patria del enemigo, lo único que queda son vidas destruidas como una madre que llora por su hijo perdido, o la mujer que se separa del marido. En la obra se nos muestra la verdadera cara de la guerra, una guerra sucia y terrible. Al final los personajes que fueron conducidos a cometer esos crímenes condicionados por el conflicto bélico, solo quieren vivir tranquilos y en paz. Es curioso que no se diga el motivo por el cual luchan, un argumento coherente, sino que simplemente les han dicho que el “enemigo” son unas personas terribles, casi como monstruos.

La guerra de la que habla el libro, es irreal porque no existió, aunque podría haberlo hecho. Para situarnos, decir que la obra se estrenó en plena Guerra Fría entre el bloque comunista liderada por la U.R.S.S., y el bloque capitalista encabezada por EE.UU.  Es muy importante saber la base histórica que inspiró el libro, para mostrarnos el sinsentido de la guerra. La imagen, que se les da a los soldados que son ignorantes y títeres de los líderes del mundo, es totalmente falsa y exagerada.

El enemigo con el que van a luchar les aterra porque no lo conocen.

Andrés. Dicen que son feroces y crueles…, pero no sabemos hasta qué punto…se nos escapa… Y eso que se nos escapa es lo que da más miedo (…) pero es que yo no tengo miedo… es como angustia…
Sastre, A. (1988). Escuadra hacia la muerte. La mordaza. 6th ed. Madrid: Farris Anderson, p.80.
Es indiscutiblemente una obra muy arraigada en el momento histórico que la produce: la deprimente estela de la Segunda Guerra Mundial, los angustiosos comienzos de la Guerra Fría que amenazaba con una invisible destrucción nuclear- análogo clarísimo del terrible enemigo invisible que atormenta la conciencia de los soldados de la escuadra. Es el drama español que mejor capta el espíritu de la posguerra europea[3].

Decía Sastre sobre la obra que “No vale, ahora, soñar vagamente con una Europa unida y con el enrolamiento en esa fantasmal tercera fuerza. Entre dos fuegos, la juventud europea trabaja. Aprende oficios, hace oposiciones, prepara cátedras. ¿Qué sentido tiene todo esto bajo la amenaza de una guerra?”.[4]

Ligado a esto, es la culpabilidad que arrastran cada uno de los personajes. Nadie está libre de culpa ni de pecado. Todos quieres huir de ellos mismos pero no pueden, salvo Adolfo porque es demasiado egoísta para reflexionar sobre sus actos. Cómo lo gestiona cada uno de ellos es lo que trata Sastre en la obra. Desde la apatía de Andrés que solo quiere “descansar” después de tanto sufrimiento, a pesar de lo que le dice Adolfo sobre la realidad de los campos de prisioneros, en los que pocos sobreviven por las torturas a las que se ven sometidos, y  muchos se lanzan contra la alambrada eléctrica.

Javier no ve esperanza en ninguna parte, cree que la guerra los aniquilará a todos, tiene un sentido demasiado trágico de su existencia, por eso decide poner fin a su vida. Pedro y Luis, que son los últimos personajes que quedan al final, tienen una conversación cargada de emotividad, porque es la despedida de dos amigos que por las circunstancias de la vida, se ven obligados a separarse. Luis que ha estado al margen de los demás, y que es el más joven y bondadoso, no puede reprimir las lágrimas cuando sabe que su amigo lo abandonará también. Pedro es el gran héroe trágico de la obra. Es consciente de sus actos, y de que la culpa no le podrá dejar vivir más tiempo. Él quiere suicidarse desde el momento que mató a los prisioneros, por eso quiere denunciar lo sucedido a la Intendencia sobre lo que ocurrió con el cabo, porque quiere que lo maten.

Pedro. Lo que yo no quisiera es que, por este camino, llegáramos a degenerar y a convertirnos en un miserable grupo de asesinos. Se es un degenerado cuando ya no hay nada que intentar, cuando uno ya no puede hacer nada útil por los demás. (…) No hemos conseguido ser felices en la vida…, eso es todo.
Sastre, A. (1988). Escuadra hacia la muerte. La mordaza. 6th ed. Madrid: Farris Anderson.
Todos los personajes y las acciones son símbolos de algo mucho más grande, como el cabo Goban, que representa la tiranía militarista, y su asesinato representa la rebelión del pueblo oprimido.
Después del asesinato del cabo Goban, la escuadra pasa a otra dimensión en la que ahora son dueños de sus actos, y tienen que aceptar las consecuencias, situación en la que todos fracasan. Cada uno se tiene que enfrentar a una soledad que los aplasta, véase el caso de Javier que se suicida, o Adolfo y Andrés que desaparecen. Pedro es el único que decide enfrentarse a su acto y morir por ello, pero no por valentía, sino porque en realidad no quiere vivir.

Pedro. Yo soy de los que no se asustan ante las consecuencias de los hechos. Sé cargar con ellas. Exijo cargar con ellas. Es mi modo de ser.
Sastre, A. (1988). Escuadra hacia la muerte. La mordaza. 6th ed. Madrid: Farris Anderson, p.115.
En este fragmento, Adolfo, ve la realidad detrás de lo que dice Pedro.

Adolfo. No es que seas más hombre que los demás. No es que te importe lo que ocurrió ni que creas que mereces ser castigado. Es simplemente que quieres morir.
Sastre, A. (1988). Escuadra hacia la muerte. La mordaza. 6th ed. Madrid: Farris Anderson, p.116.
Luis en un intento patético, le pide a Pedro que diga que él sí estuvo con ellos en el asesinato para no quedar marginado.

No, Pedro. Yo no quiero vivir si todos vosotros me dejáis. No hay razón para que yo haya sido excluido. Pedro, te pido que digas: Luis estuvo con nosotros esa noche. Luis también mató.  
Sastre, A. (1988). Escuadra hacia la muerte. La mordaza. 6th ed. Madrid: Farris Anderson, p.129.
La vida que le queda estará llena de una profunda soledad y atormentada por un hecho que no cometió.

También Sastre reflexiona sobre la mentalidad militarista que reprime a una sociedad (esta línea la sigue también Mario Vargas Llosa con La ciudad y los perros) y cuestiona las consecuencias de una revolución espontánea y sin pensar. Se ponen en tela de juicio los dos extremos de la organización social en las que no se está más libre bajo la anarquía que bajo la dictadura.[5]

Cuando asesinan al cabo, creen que ya por fin se acabó todo el sufrimiento, pero luego se dan cuenta que nada cambia y que ha sido inútil.

Andrés. ¡ Y nos hemos cerrado la última salida! (…) Después de lo que ha ocurrido, me doy cuenta de que podía haber pasado el tiempo y la ofensiva sin llegar…, y en febrero es posible que nos hubieran retirado de este puesto (…) Todo esto lo he pensado, de pronto, ahora que ya no hay remedio. La última salida ha sido cerrada.
Sastre, A. (1988). Escuadra hacia la muerte. La mordaza. 6th ed. Madrid: Farris Anderson, p.105.
Javier: Mientras él vivía llevábamos una existencia casi feliz. Bastaba con obedecer y sufrir. Se hacía uno la ilusión de que estaba purificándose y de que podía salvarse.  
Sastre, A. (1988). Escuadra hacia la muerte. La mordaza. 6th ed. Madrid: Farris Anderson, p.124.
Es la obra en que más clara y más equilibradamente se representa la eterna dualidad de la condición humana: la tensión entre el orden y la anarquía, entre la construcción y la desintegración, entre el hombre social y el hombre existencial. Podríamos decir que es, la matriz del arte dramático de Alfonso Sastre.[6]

Sobre el título de la obra que es la síntesis, podemos decir que la escuadra ya está condenada antes de empezar. Todos los soldados están viviendo un purgatorio en la tierra porque su destino al final es morir. Para la escuadra no hay escapatoria posible. Todos acaban muriendo, y el que se queda es un muerto en vida. Solo hay un momento de alegría que es cuando están borrachos el día de nochebuena.
Hay varias referencias hacia qué es la escuadra.

Javier. Parece que estamos quietos, encerrados en una casa; pero, en realidad, marchamos, andamos día tras día. Somos una escuadra hacia la muerte. Marchamos disciplinadamente, obedeciendo a la voz de un loco, el cabo Goban.
Sastre, A. (1988). Escuadra hacia la muerte. La mordaza. 6th ed. Madrid: Farris Anderson, p.86.
Andrés. Esto es una ratonera. No hay salida. No tenemos salvación.
Javier. Esa es (…) la verdad. Somos una escuadra de condenados a muerte.
Andrés. No, es algo peor…, de condenados a esperar la muerte.
Sastre, A. (1988). Escuadra hacia la muerte. La mordaza. 6th ed. Madrid: Farris Anderson, p.78.

Alfonso Sastre con esta obra, pretende denunciar el horror de la guerra, y el sufrimiento que causa en las personas anónimas, que son las que realmente llevan a la práctica ese horror, sin ninguna responsabilidad en ello.
Bibliografía
Rodríguez Cacho, L. (2010). Manual de Historia de la Literatura española. Tomo dos.. 1st ed. Madrid: Castalia.
Sastre, A. (1988). Escuadra hacia la muerte. La mordaza. 6th ed. Madrid: Farris Anderson.




[1] Rodríguez Cacho, L. (2009). Manual de Historia de la Literatura española. Tomo dos. 1st ed. Madrid: Castalia, p.484.
[2] Rodríguez Cacho, L. (2009). Manual de Historia de la Literatura española. Tomo dos. 1st ed. Madrid: Castalia, p.484.
[3] Sastre, A. (1988). Escuadra hacia la muerte. La mordaza. 6th ed. Madrid: Farris Anderson, p.25.
[4] Sastre, A. (1988). Escuadra hacia la muerte. La mordaza. 6th ed. Madrid: Farris Anderson, p.26.
[5]   Sastre, A. (1988). Escuadra hacia la muerte. La mordaza. 6th ed. Madrid: Farris Anderson, p.30.
[6] Sastre, A. (1988). Escuadra hacia la muerte. La mordaza. 6th ed. Madrid: Farris Anderson, p.27.

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