Los datos biográficos de Gloria Fuertes son, a veces,
confusos, pues ella misma ha difundido algunos datos ficticios sobre su vida.
Así pues, separaré en dos entradas su biografía y su autobiografía.
La
vida de esta querida poeta surge el 28 de julio de 1917 en el barrio de
Lavapiés, en Madrid. Su familia es de origen humilde, siendo su padre conserje
y su madre costurera y mujer de la limpieza. A los tres años aprende a leer y a
escribir en el colegio de monjas al que asiste. Pronto, a los cinco años,
comienza a escribir sus propios cuentos, que ilustra y encuaderna con hilos, leyéndolos,
además, a otros niños en la escalera de su casa.
Sus
primeras lecturas están compuestas por las historietas humorísticas de TBO, así
como por los cuentos de Pinocho,
publicados por la editorial Calleja. Sin embargo, no disfruta de otros cuentos
tradicionales como el de Blancanieves
o el de Caperucita Roja, ya que le
espantan las muertes y violencia de estos relatos.
Asiste
a varias escuelas, llegando a ser expulsada de tres por contradecir a sus
maestros. Al sacar malas notas, primero se desanima, pero después decide que “el
cero es la mejor nota posible”. Todo lo que hace desde entonces – poemas, fotografías, dibujos- lo cataloga entre un
cero y tres ceros, simbolizando estas notas “bueno” y “sublime”. Comienza a
sentir interés por la poesía con catorce años, momento en el que también deja
la escuela.
“Empecé
a escribir poemas cuando descubrí que se podía querer a una persona que no era de
tu familia, menuda sorpresa me llevé.”
Siendo aún adolescente publican sus
primeros versos en la revista Lecturas,
aunque con un acercamiento un poco inusual: una de las noches en las que ayuda
a su madre en su trabajo como limpiadora , decide dejar un
poema en la mesa del director, concretamente “Niñez, juventud, vejez” y
pronto aparece publicado.
“Nacer, vivir, crecer, saltar,
reír, chillar, mentir,
aprender, amar, estudiar,
brincar, jugar, correr,
reír, reír… ¡niñez!
Hablar, pasear, cantar,
moverse, andar,
jugar a amar,
cambiarse de lugar,
sin quietud… ¡juventud!
Sufrir, llorar, gemir,
sentir, pensar, no vivir,
quietud, resignación,
desolación…
tristeza, dejadez… ¡vejez!”
Su madre la matricula en la Escuela de Educación
Profesional de la Mujer, donde estudia asignaturas tales como: Cocina, Bordados
a mano y a máquina, Higiene y Filosofía, Puericultura, Corte y Confección, pero
también Gramática y Literatura. Su madre, además, no era muy entusiasta
respecto a las aficiones de Gloria como el deporte – baloncesto, hockey, atletismo-
o la poesía. A pesar de esto, sigue leyendo y escribiendo en sus ratos libres,
luchando por aquello que le apasiona.
Al morir su madre, tiene que dejar la
escuela y comienza a trabajar como contable en Talleres Iglesia, empresa que
administraba obuses al ejército popular. Gloria no es feliz en este trabajo: “A
mí me gustan los cuentos, no las cuentas”. Este año, 1934, Gloria escribe la versión
inicial de su primer poemario, Isla
ignorada, publicado en 1950. En 1935
da sus primeros recitales de poesía en Radio Madrid y Radio España.
La llegada de la Guerra Civil marca
profundamente a Gloria Fuertes, experimenta la pobreza, el hambre y la tristeza
de la muerte, lo que hará que reflexione sobre la sociedad y la divinidad, a la
vez que la hará firme defensora del pacifismo. Su primer y segundo novio mueren
durante la contienda, uno desaparece en la guerra y el otro muere en la cárcel,
siendo cada uno de un bando.
Empieza a formar parte de la escena
nocturna madrileña y destaca como un personaje curioso, primero por ser mujer y
segundo por su modernidad. Comienza a salir con su primera novia, Chelo, quien
será su amiga hasta el fin de sus días.
Al terminar la Guerra Civil obtiene un
trabajo como secretaria en el Ministerio de Información y Turismo. Comienza a
redactar historietas para Maravillas,
suplemento infantil de Arriba,
logrando un puesto como redactora fija. También colabora con Flecha, Pelayos y Chicas y Chiquitito.
Durante los años 40 y 50 se relaciona con
el grupo poético del Postismo, comenzando por su amistad con uno de los
integrantes Carlos Edmundo de Ory. Sin embargo, también se asocia su figura y
su poesía social con el grupo de la Generación del 50. Ampliaré esta información
en una entrada posterior.
En 1947, obtiene el premio de Letras para
Canciones de Radio Nacional de España, a la vez que empieza a recitar sus versos
en este medio, ganando una incipiente fama. Funda en 1951, junto a María
Dolores de Pablos y Adelaida las Santas, el grupo poético Versos con faldas,
que durante dos años organiza recitales de poesía solo para mujeres por bares y
cafés de Madrid.
Durante estos años escribe literatura
infantil y social, publicándose los libros como Canciones
para niños, pero teniendo problemas para publicar los de tipo social dentro de España, como Antología y poemas del suburbio
o Todo asusta. También colabora
con publicaciones como Rumbos, Poesía Española y El pájaro de Paja, llegando a crear la revista Arquero con Antonio Gala.
Entre 1955 y 1960,
cursa los estudios de Biblioteconomía e Inglés, tras lo que obtiene varios trabajos
como bibliotecaria. Además, allí conoce a Phyllis Turnbull, quien será su
pareja sentimental durante veinte años y le abrirá las puertas a nuevos autores
americanos e ingleses. Juntas crean la
Biblioteca Infantil Ambulante de España, para acercar la poesía a los pueblos
de España, la mayoría con un notable grado de analfabetismo. En 1961, obtiene con la ayuda de Phyllis, una
beca para dar clases en la Universidad de Bucknell, donde permanece tres años.
A principios de 1971, tras un cáncer, muere su gran
amor Phyllis Turnbull, dejando a Gloria en una profunda depresión. Le ayuda
mucho compartir su poesía en recitales, en bares e incluso en programas radiofónicos
para camioneros. Se define en esta época como “superviviente de desgracias
gordas y penas finas”.
Le
conceden el Diploma de Honor del Premio Internacional de Literatura Infantil
Hans Christian Andersen por Cangura para
todo, el equivalente a un Nobel de literatura infantil, y en 1972 consigue
la beca de la Fundación March para Literatura Infantil. Por otro lado, su poesía
adulta se hace más intimista y muestra su soledad y tristeza en Sola en la sala.
Durante
los años 70, comienza a participar en programas infantiles de televisión como Un globo, dos globos, tres globos o La cometa blanca, consolidándose como la
poeta de los niños y como figura famosa a nivel nacional. Su poesía de adultos
y social va cayendo cada vez más en el olvido.
Muere fruto de un cáncer de pulmón en Madrid el 27 de
noviembre de 1998.
“Soy de este tipo de personas que –
buena nos ha caído- parece que no está haciendo nada, sentada siempre mirando
al vacío, pero que dentro de ella se encuentran rascacielos infinitos en
construcción. Rascacielos que, pasando un tiempo, asoman, salen a la luz.
Escribo porque no sé hacer otra cosa.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario