La revolución social en
Guillermo Tell tiene los ojos tristes.
Como ya expuse en
anteriores entradas mías, la ideología de Sastre es un aspecto central en su
obra porque está enfocada en la lucha por el cambio social. De ideología
comunista, Sastre aspiraba a que las masas despertaran y se rebelaran contra
los dirigentes que los oprimían; esto es de lo que trata la obra Guillermo Tell tiene los ojos tristes.
La obra fue escrita en
1955, pero como pasa en la mayoría de sus obras, tuvo problemas con la censura,
y no pudo ser estrenada hasta años después, en 1962.
La obra es una revisión
de la leyenda de Guillermo Tell. Para los que no lo conozcan, Guillermo Tell, se
supone que vivió entre los siglos XIII y XIV, y fue según la leyenda, el libertador de Suiza
a manos de los Habsburgo. Según dice el mito, Guillermo Tell fue puesto a
prueba por el gobernador, obligándolo a atravesar con una flecha la manzana colocada
sobre la cabeza del hijo; al final, consigue acertar en la manzana. Sastre, en la obra modifica el mito, fallando
el tiro en el que mata al hijo. Este hecho, le da a la historia una vuelta,
convirtiéndola en una verdadera tragedia. Vamos a ir comentando poco a poco.
En la obra, aparte del
conflicto entre el gobernador y el pueblo, hay más conflictos. Uno de ellos, se
da entre los intelectuales y los hombres de acción. Este tema, ya lo tocó
anteriormente Sastre en su obra Escuadra
hacia la muerte, donde el personaje Javier, profesor de metafísica,
únicamente se dedica a pensar antes que actuar. No pudiendo soportar la
realidad de no enfrentarse a los problemas, decide quitarse la vida.
El paralelismo de este
personaje en la obra, lo encontramos en la figura de Fürst. Este hombre es el
suegro de Guillermo Tell, y está comprometido con la lucha contra el
gobernador, pero no pasa de ahí, nunca llega a la lucha armada, ni a nada que sea
tangible, práctico y que pueda ayudar a cambiar las cosas.
La verdadera crítica a
este tipo de personajes/personas, es la burocracia que lo entorpece todo.
Guillermo Tell no es de esa clase de hombres, por eso, no quiere estar
vinculado con ellos y sus proyectos farragosos, que no llevan a ningún lado
mientras la gente se está muriendo.
Mendigo
sentado. Si se lo pusieran por delante y usted tuviera un arma, ¿lo mataría?
Fürst.
No. Lo mío… es pensar por vosotros, compañeros. Lo vuestro…actuar por mí. Yo pienso
para que lo que vosotros hagáis no sea un crimen. Vosotros actuaréis para que
lo que yo pienso no sea una filosofía.
Sastre,
A. (1990). Guillermo Tell tiene los ojos tristes. 1st ed. Hiru, p.35.
Fürst, llega un momento
en que es apresado por los guardias, y es obligado a gritar “viva el gobernador”.
Este acto, le llena de vergüenza y lo conduce al suicidio, al no soportar la
humillación de haberse doblegado ante el poder.
Tell.
¿Así que le han pegado? Yo decía que el abuelo es como un profesor. No me
extraña que no haya podido resistir una prueba así. Ellos sólo saben hablar.
Hablan muy bien. Se dan cuenta de los problemas. Pero nada más.
(…)
Tell. Pero a él no le servirá de nada. El es el que no se perdonará nunca.
Ahora se habrá dado cuenta.
Walty.
¿De qué?
Tell.
De que es mejor morir en un momento determinado. De que vivir no es lo más
importante.
Sastre, A. (1990). Guillermo Tell tiene los ojos tristes.
1st ed. Hiru, p.66.
La represión que
refleja la obra de cómo se encontraba Suiza, es terrible. Como en todas estas
situaciones, salvo el gobernador y los dirigentes, el resto sufre la tiranía.
Unos se atreven a denunciar la situación, aunque eso conlleve a la muerte
(ciego, manco, Walty), otros por cobardía, guardan silencio para no estar peor
de lo que ya estaban. Las dos posturas son entendibles, pero para que cambien
las cosas, hay que hablar y contar la realidad de lo que pasa.
Por ejemplo, el capataz
que sabe que el gobernador es un sanguinario, y hace la vida imposible al
pueblo, no duda en denunciar al ciego que cuenta las verdades.
Es verdaderamente
patético, hasta el asco, la escena en la que un guardia se arrastra cuando ve
llegar al gobernador, hasta tal punto, que le pide que le vomite encima como
señal de sumisión.
La represión ejercida
por el gobernador es brutal, como demuestra el segundo secretario, alabándolo
con una alegría casi histérica, para luego, echarse a llorar, porque no puede soportar
la presión a la que se ve sometido.
El momento clímax de la
obra, es la muerte del hijo a manos de su propio padre. El sacrificio del hijo
para que triunfe la revolución, es sumamente doloroso para Guillermo Tell, que
tiene que aceptar las consecuencias que conlleva una revolución. En todas las
revoluciones hay muertos y heridos en ambos lados. Después de esto, a Guillermo
Tell no le importa absolutamente nada.
El personaje de Walty
resulta admirable, porque siendo consciente de que va a morir, no huye de su
destino sabiendo que ello, ayudará a terminar con la pesadilla de vivir
esclavizados por un loco.
Guillermo Tell después
de disparar la flecha y ver morir a su hijo, ya no volverá a ser el mismo, al
haber perdido lo que más quería en el mundo, de ahí el título de la obra.
Al final, se presentan
amigos diciéndole que el pueblo suizo le quiere hacer un homenaje, por haberlos
liberado del gobernante, considerándole el líder de la independencia, aunque Guillermo
Tell no lo cree así. Él cree que su acción, desembocó en la revolución, pero
sin ser él el dirigente de ninguna revuelta. No quiere estar con gente que no
lo ayudó cuando lo necesitaba. Les dice que su hijo y él estaban solos cuando
el gobernador los puso en ese desafío, que nadie les socorrió a pesar del miedo
y el sufrimiento que tenían. Él no quiere tener nada que ver con la revolución
ni con oportunistas. La muerte del hijo lo empaña todo, impidiéndole disfrutar
de la liberación conseguida. No entiende por qué tuvo que morir su hijo, para
que el pueblo se levantara, ¿acaso no hubieron ya demasiados muertos para que
el pueblo fuese consciente de lo que sucedía?
Alfonso Sastre vuelve a
analizar las consecuencias de una revolución, la represión a la que el pueblo
se ve sometido, y la burocracia que impide pasar de las ideas a los actos.
Bibliografía
Marchetti Ruggeri, M.
(2006). Introducción a "Guillermo
Tell tiene los ojos tristes". Teatro escogido,, [online] Tomo 1, pp. 227-231.
Available at:
http://www.cervantesvirtual.com/obra/introduccin-a-guillermo-tell-tiene-los-ojos-tristes-0/
[Accessed 9 May 2017].
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