Una
vez citados los escritores más destacados del periodo de la Dictadura en el
género del teatro, dispongámonos a citar alguno más y a concluir de manera
breve este amplio campo.
·
Alejandro Casona
Este nació
en 1903, falleció en 1965 y su obra coincidió con el exilio. Su nombre real era
Alejandro Rodríguez Álvarez, Alejandro Casona es su pseudónimo. Este autor se
dio a conocer cuando ganó el Premio Lope de Vega del Ayuntamiento madrileño en
1934 con su obra La sirena varada,
representada en esa misma fecha también en el Teatro español. Desde los años
sesenta se sucedieron en España los estrenos de las obras de Casona. Obtuvo abundante éxito con el estreno de la obra Nuestra Natacha (1936).
Debido a su contacto con la República, este autor se
exilió en México en 1937 y allí estrenó su obra Prohibido suicidarse en primavera. Siete años después, representó La dama del alba, la cual fue su obra
preferida y considerada la mejor de su producción.
Otros títulos de Alejandro Casona son: La barca sin pescador (1945) o Los árboles mueren de pie (1949). Estas
dos piezas obtienen gran calidad literaria e interesan por su simbolismo. En
todas sus obras destaca la melancolía, la fantasía, la poesía y la esperanza.
Además, con su libro Flor de Leyendas,
de 1932, ganó el Premio Nobel de Literatura.
El exilio marcó su afán didáctico, él mismo afirmó:
“al considerarse en casa ajena no le habría parecido procedente plantear un
teatro que pusiese en cuestión una sociedad a la que no tenía derecho a
juzgar”. La dramaturgia de este autor no se conoció en España hasta su vuelta
del exilio en el año 1961 y en la década de los sesenta obtuvo gran aceptación
por parte del público.
Otros nombres que sonaron durante el periodo de
posguerra fueron:
·
Los hermanos
Machado y Miguel Hernández.
Los hermanos ya pudieron predecir lo que iba a ocurrir a través de su obra El hombre que murió en
la guerra, la cual no pudo representarse hasta 1941.
Por su lado, Miguel Hernández intentó aproximarse al
“teatro de urgencia”, cuyo objetivo era la conciencia cívica del pueblo.
·
Francisco Nieva
Francisco Nieva, con el teatro experimental, y
Fernando Arrabal, con su teatro de pánico, también fueron nombres destacados en
esta época. Francisco Nieva (1924) solo pudo publicar a finales de la Dictadura
debido a la censura de sus obras. Entre sus títulos más representativos encontramos
Coronada y toro (1973) o La carroza de plomo candente (1969). Fue
desconocido por el público español y su teatro es calificado como “teatro de
farsa y calamidad” o como “teatro furioso”.
·
Fernando Arrabal
Fernando Arrabal, de 1932, nació en Melilla y, como ya
hemos nombrado, creó el teatro de pánico. Es heredero del teatro del absurdo y
del teatro de la crueldad. Entre sus obras se encuentran: Pic-Nic (1952), El cementerio
de automóviles (1957) y El laberinto
(1967), entre otras.
·
Edgar Neville
Un autor que comienza su trayectoria como escritor
dentro de las vanguardias fue Edgar Neville (1899-1967). Diplomático, guionista
de cine y colaborador en alguna revista, destaca por la alta comedia (aunque
también escribe sobre temas políticos) y por la utilización de la ironía. Entre sus obras encontramos El baile, cuyo objetivo reside en la evasión de
la realidad.
·
Víctor Ruiz
Iriarte (1912-1982)
Es un autor madrileño de comedias de humor y ternura,
precursor de la llamada ‘comedia de la felicidad’. Su primera comedia se titula
Un día de gloria (1943) y, a partir
de ella, comienza a obtener gran cantidad de éxitos.
Otras de sus obras son: El puente de los suicidas, de 1944, o El carrusel (1964).
Por último, Joaquín Calvo Sotelo, Luca de Tena, José
López Rubio y José María Pemán son los continuadores de la comedia burguesa
iniciada por Benavente y su teatro se caracteriza por el predominio de las
comedias de salón, de los dramas de tesis de ambiente burgués y por la
preocupación de que la obra esté bien cuidada.
·
Joaquín Calvo
Sotelo (1905-1993). Destaca por sus comedias de entretenimiento, aunque también
escribe sobre política y metafísica. Una de sus obras es Una muchachita de Valladolid (1957).
·
Juan Ignacio Luca
de Tena (1897-1975). Obtiene éxito a partir de los años cincuenta con
sus obras de comedia. Es director del diario ABC y autor de obras como: ¿Quién soy yo? (1935) o El cóndor sin alas (1951).
·
José María Pemán
(1897-1981). Utiliza un tono tradicionalista y cuidado formalmente. Una obra
conocida de Pemán es Callados como
muertos, de 1952.
·
José López Rubio
(1903-1996). Es un guionista, dramaturgo, historiador, director de cine y
humorista que destaca por su calidad y
algunas de sus obras son: Estoy pensando
en ti (1950), La otra orilla
(1954) o Las manos son inocentes
(1958).
En conclusión, el teatro durante los primeros años de
la Dictadura sufrió una grave censura y limitaciones, no dejando a muchos
autores dar lo máximo de sí mismos. La bibliografía crítica sobre el teatro
español de este periodo es abundante, aunque de diversa calidad. Todo esto se
debe a los factores políticos e ideológicos que gobernaban el país en aquel
momento. Además, es imprescindible finalizar este tópico nombrando a autores
como Brecht y Artaud, los cuales fueron los que crearon las dos líneas más
productivas para el teatro de posguerra.
Bibliografía:
- Rodríguez Cacho, L. (2009). “Manual de historia de la
literatura española”. Madrid: Castalia.
-
Soler, M.P., Rodríguez, R., Rodríguez,
M.D., Santos, E. y Barrero, Ó. (2009). Lengua
castellana y literatura: desde el siglo XIX a la actualidad. Barcelona:
Vicens Vives.
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Riquelme, J. y Talamás, C.R. (2016). Literatura. Valencia: Micomicona
ediciones.
-
Navarro, P., Ramalle, T., Boyano, R.,
Viguera, J.M. y Fabregat, S. Lengua
castellana y literatura. Madrid: Ediciones SM.
-
Lázaro, F. y Tusón, V. (1983). Literatura española. Madrid: Ediciones Anaya.
-
Rico, F. e Ynduráin, D. (1980). Historia y crítica de la literatura
española: época contemporánea (1939 - 1980). Barcelona: Editorial Crítica.
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