miércoles, 12 de abril de 2017

“Señoritos de nacimiento por mala conciencia escritores de poesía social.”


Jaime Gil de Biedma y la generación del 50

Tras las entradas anteriores en las que se recogen los diversos aspectos y etapas de la obra poética del escritor barcelonés, dirigiremos nuestra perspectiva hacia el ejercicio de contextualizar su figura, enmarcada dentro de la generación de los 50, como se citaba en la primera entrada, conocidos como “niños de la guerra”. Dicha generación comparte una profunda preocupación por la deshumanizada sociedad española de comienzos del franquismo, desde su posición burguesa y acomodada, pero comprometida, al igual que cultivan la ironía y un lirismo íntimo, combinado con un léxico sencillo y coloquial.

Este apodo viene justificado por el hecho de que vivieron la Guerra Civil en plena infancia, constituyendo el primer elemento en común de cara a considerar a este grupo de artistas como toda una generación. La segunda circunstancia para su agrupación es el comienzo de sus publicaciones en el mismo espacio temporal, concretamente en la década de los cincuenta. Por último el suceso definitivo que les convertiría en una generación literaria tuvo lugar en el año 1959, cuando unos jovencísimos aspirantes a escritor se reunieron para visitar en Colliure la tumba de Antonio Machado en el vigésimo aniversario de su muerte, poeta al que todos ellos consideraban su máximo influencia.

Con el paso de los años, su inmenso legado literario que abarca también el ámbito  novelesco y ensayístico, les ha proporcionado el honor de constituir el segundo grupo poético más importante de todo el siglo XX. Entre sus miembros más destacados de la misma, aparte de nuestro Gil de Biedma, se encuentran figuras relevantes como Carlos Barral, Caballero Bonald, Ángel González, los hermanos Ferrater, Antonio Gamoneda, Juan Goytisolo, Juan Marsé, Francisco Brines, José Agustín Goytisolo o Ana María Matute.

Centrándonos en Jaime Gil de Biedma, su posición en el grupo fue muy activa, especialmente con los escritores también residentes en Barcelona, debido a las continuas tertulias que celebraban, en las que se debatían las cosmovisiones literarias y las poéticas de unos respecto a los otros, a manera de imitación de las tertulias de café de los años veinte en las grandes áreas metropolitanas. Cabe concretar que a esta sección barcelonesa de la Generación de los 50 se le denominó por la crítica como “Escuela de Barcelona”, a partir sobre todo de los estudios realizados por la académica Carme Riera en torno a este grupo.

A continuación veremos, de manera breve y concisa, cada uno de sus integrantes y su relación con nuestro poeta. El primero de todos es Carlos Barral, poeta estilísticamente opuesto, más bien de corte hermético, y director de la prestigiosa editorial Seix-Barral, con quien Gil de Biedma mantuvo una íntima amistad, a quien dedicó su primera publicación Versos a Carlos Barral de 1952. En segundo lugar, destaca José Agustín Goytisolo, cuya amistad se une a las similitudes poéticas que comparte con Gil de Biedma, ya que su estilo es también sencillo y claro, a la vez que su contenido es ideológicamente crítico y humano, celebrando en numerosas ocasiones los goces de la vida. Seguidamente, abarcamos la también profunda amistad del poeta con los dos novelistas más destacados del grupo. Nos referimos a Juan Goytisolo (hermano de José Agustín) y Juan Marsé, los cuales eran habituales en las ya citadas tertulias literarias y cuya preocupación por la degradación social y moral de la España de la época coincide con la de Jaime. Por último, Gabriel Ferrater es el último de los autores más afines a J.G.B. tanto a título personal como artísticamente hablando, ya que la nostalgia de la juventud pérdida y el erotismo son sus temas predilectos, solo que escritos en lengua catalana, por lo que podemos decir que Ferrater constituye para Cataluña, lo que Gil de Biedma para España.

Para concluir con la entrada, cabe decir que la justificación de este conjunto de escritores como generación trasciende el plano literario, ya que, ante todo, mantuvieron entre la mayoría de ellos una longeva amistad que les permitió reunirse con frecuencia y comparar sus diversas concepciones e inquietudes, respecto al arte y a la literatura.


Bibliografía:


-Riera, Carmen. La escuela de Barcelona: Barral, Gil de Biedma, Goytisolo. El núcleo poético de la generación de los cincuenta (1988). Barcelona, Anagrama.
-García Hortelano, Juan. El grupo poético de los años 50. Una antología (1978). Madrid, Taurus.


 (fotografía de la visita de los jóvenes escritores al féretro de Antonio Machado en Colliure, 1959. De izquierda a derecha: Carlos Barral, Caballero Bonald, Luis Marquesán, Jaime Gil de Biedma, Ángel González, y Joan Ferrater).

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