martes, 18 de abril de 2017

El encuentro de Blas de Otero con «la inmensa mayoría»: “Ser hombre entre los hombres"

En castellano”

Aquí tenéis mi voz
alzada contra el cielo de los dioses absurdos,
mi voz apedreando las puertas de la muerte
con cantos que son duras verdades como puños.
Él ha muerto hace tiempo, antes de ayer. Ya hiede.
Aquí tenéis mi voz zarpando hacia el futuro.
Adelantando el paso a través de las ruinas,
hermosa como un viaje alrededor del mundo.
Mucho he sufrido: en este tiempo, todos
hemos sufrido mucho.
Yo levanto una copa de alegría en las manos,
en pie contra el crepúsculo.
Borradlo. Labraremos la paz, la paz, la paz,
a fuerza de caricias, a puñetazos puros.
Aquí os dejo mi voz escrita en castellano.
España, no te olvides que hemos sufrido juntos.


A partir de la segunda mitad del siglo XX, la gran mayoría de los poetas que cultivaban la llamada poesía desarraigada comienzan un proceso hacia la poesía social.

Alrededor del año 1955 se consolida el llamado realismo social que tendrá ejemplos destacados en Pido la paz y la palabra de Blas de Otero, pero también en obras de otros autores como Cantos íberos de Gabriel Celaya e Historia del corazón de Vicente Aleixandre.

Es en este momento en el que la poesía se hace partícipe de la problemática del mundo que rodea al autor. De esta manera, el poeta se solidariza con el resto de hombres olvidándose de los fines estéticos y rechazando la neutralidad ante las injusticias sociales. 

Respecto a la temática, sobresale el tema de España con un enfoque generalmente político. Otros temas recurrentes serán la injusticia social, el mundo del trabajo, el anhelo de libertad y el deseo de un mundo mejor. En este sentido, interesa más el fondo que la forma.

En la trayectoria poética de Blas de Otero, este cambio de orientación en el que el autor dejará de lado sus problemas existenciales y religiosos para enfrentarse, desde postulados marxistas, a los problemas colectivos fue sintetizado por Alarcos con las siguientes palabras: “del yo al nosotros”.

Dentro de esta etapa de poesía social de Blas de Otero localizamos tres títulos: Pido la paz y la palabra, En castellano y Que trata de España. Esta última obra recoge sus tres libros dirigidos A la inmensa mayoría.

En Pido la paz y la palabra vemos claramente el abandono de su poesía individual por una poesía en la que caben todos los hombres: yo doy todos mis versos por un hombre en paz. El tema central de la obra es España. Blas de Otero muestra por ella sentimientos de amor y dolor, a la vez que proclama su fe en una España mejor. Me parecen muy representativas las palabras que Lina Rodríguez Cacho  dedica a Pido la paz y la palabra en su manual Historia de la Literatura Española: "(...) uno de los máximos ejemplos del poema entendido como manifestación existencial y cívico a la vez" (p.499)


Por otra parte, en su libro Que trata de España, dedica una abundante cantidad de poemas a grandes personalidades españolas, así como a cantar las tierras de España. Además, destacan en esta obra nuevos tonos y una mayor presencia de la lírica popular.

En cuanto al lenguaje poético de Blas de Otero, destacamos la abundancia de recursos fónicos, como, por ejemplo las aliteraciones y los juegos de sonido. También las reiteraciones, los paralelismos y contrastes. Es importante el gusto de Blas de Otero por un léxico popular en el que se introducen palabras rústicas. Resultan llamativos igualmente sus juegos de palabras cargadas de intención y revitalización, o la ruptura de frases hechas como “nadar a contra muerte” a partir de "nadar a contracorriente". La sintaxis es abrupta, pues encontramos frecuentes desajustes entre la sintaxis y la métrica gracias al empleo magistral del encabalgamiento que provoca violentas pausas.

Hacia el año 1965, se advertirá la búsqueda de nuevos caminos en la obra de Blas de Otero.


Bibliografía:
Blas de Otero. Obra completa (1935-1977). Edición de Sabina de la Cruz con la colaboración de Mario Hernández. Barcelona: Galaxia Gutenberg, 2013.
Rodríguez Cacho, L. (2009). “Manual de historia de la literatura española”. Madrid: Castalia.




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