“Hombre”
Luchando,
cuerpo a cuerpo, con la muerte,
al
borde del abismo, estoy clamando
a
Dios. Y su silencio, retumbando,
ahora
mi voz en el vacío inerte.
Oh
Dios. Si he de morir, quiero tenerte
despierto.
Y, noche a noche, no sé cuándo
oirás
mi voz. Oh Dios. Estoy hablando
solo.
Arañando sombras para verte.
Alzo
la mano, y tú me la cercenas.
Abro
los ojos: me los sajas vivos.
Sed
tengo, y sal se vuelven tus arenas.
Esto
es ser hombre: horror a manos llenas.
Ser
— y no ser — eternos, fugitivos.
¡Ángel
con grandes alas de cadenas!
(Ángel
fieramente humano, 1950)
Para
entender la primera etapa poética de Blas de Otero es necesario
recuperar ciertos datos biográficos mencionados ya en la primera entrada. El hecho de que naciera en el seno de una familia acomodada determinó su primer contacto con una educación religiosa en un colegio jesuita. También hay
que recordar que fue un hombre que a lo largo de su vida sufrió
numerosas crisis emocionales. En
sus primeras crisis nerviosas, Blas de Otero se refugió en los
amigos, el arte y la religión. Es entonces cuando compone su primera
obra poética Cántico espiritual.
En
un primer momento, su creación poética se orienta a la expresión
de la angustia existencial de su “yo” personal o individual. Mas
tarde, y como veremos posteriormente, manifestará su solidaridad con
el resto de seres humanos, es decir, dará el paso hacia una poesía
social.
Su
educación jesuita en Bilbao influyó mucho en su primera etapa de
poesía existencial (1948-1958) en la que Blas de Otero se centra en
su atormentado vínculo entre su “yo” personal y ciertas
cuestiones existenciales: el amor, la vida y la muerte o religiosas:
Dios. Es decir, Blas de Otero inicia en su poesía la busca de una
nueva fe.
En
su obra existencial de contenido más religioso, Blas de Otero
expresa su incomprensión ante la ley del silencio que impone Dios
ante los sucesos devastadores que padecen las criaturas de su creación. En
este sentido, Blas de Otero dirige una serie de preguntas a Dios
sobre su propia fe como si fuera un grito a alguien de quien solo recibe silencio. Esto acentúa su miedo
a la muerte (latente en él desde el fallecimiento de su hermano
mayor y su padre) que le sume en una crisis existencial muy profunda,
pues Blas de Otero no encuentra el sentido en una vida que está
condenada a acabar sin más.
En
esta etapa de creación existencial, fue determinante el sentimiento
de culpa que sintió Blas de Otero por haber cargado a su hermana con
una excesiva responsabilidad familiar al marcharse a estudiar
Filosofía y Letras a Madrid. Como consecuencia, se refugia en la
composición de sus tres obras existencialistas: Ángel fieramente
humano, Redoble de Conciencia y Ancia. De la composición
de estas obras, la fe de Blas de Otero se ve totalmente resquebrajada. Es en
este momento en el que influyen en su obra la publicación de
Oscura noticia e Hijos de la ira de Dámaso Alonso.
Todo esto provoca que Blas de Otero cambie su forma y temática
poética. A partir de este momento, encontramos una poesía que
supura angustia, pero también desarraigo y rebeldía. Sigue haciendo
preguntas a Dios, pero ya no muestra su esperanza de obtener respuesta.
Bibliografía:
–
Blas
de Otero.
Obra completa (1935-1977).
Edición de Sabina de la Cruz con la colaboración de Mario
Hernández. Barcelona: Galaxia Gutenberg, 2013.
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