La generación conocida como “los niños de la
guerra”, o también como Generación del 50, abarca a los escritores de la
historia de la literatura española que nacieron en torno a los años veinte y
comenzaron a publicar hacia los años cincuenta, una vez finiquitada la Guerra
Civil española y en plena dictadura franquista. Para poder comprender la
literatura (centrándonos en la prosa) de esta generación, es necesario hacer un
breve recorrido por la historia española de siglo XX, recordar los hechos que
se acontecieron y así entender la situación y los motivos por los que los
escritores abarcan determinados temas comunes durante este período.
El siglo XX para España se inicia con la dura
derrota militar contra EE.UU que supuso la pérdida de Cuba, Puerto Rico y
Filipinas en el año 1898. Este hecho supone una desacreditación de la
Restauración, y aunque la sociedad no estaba muy conforme, Alfonso XIII, tras
su mayoría de edad, impone la continuidad de este modelo político. En 1931, se
proclama la Segunda República, con Niceto Alcalá Zamora como presidente. En
1936, tras las elecciones, Manuel Azaña es nombrado presidente y comienza a llevar
a cabo un proyecto de reformas que obtuvo como respuesta el levantamiento del
bando de Francisco Franco, desatándose así la Guerra Civil.
En cuanto a la literatura, el momento de la
pérdida de las últimas colonias españolas es conocido como “la Edad de plata”,
donde destacamos a la Generación del 98 ( Valle-Inclán, Unamuno, Machado, etc).
La renovación literaria que estos autores de la Generación del 98 comenzaron,
así como Juan Ramón Jiménez durante la primera Guerra Mundial, se continúa
gracias a la producción de los autores de la Generación del 27.
Tras el estallido de la Guerra Civil, el
desarrollo cultural que se produjo en la República desaparece y las corrientes
más tradicionalistas vuelven a tener gran peso en la sociedad.En 1939 la guerra termina con la victoria del ejército
de Franco y el exilio de muchos españoles entre los que destacamos a gran parte
de los intelectuales del país. El fin del gobierno republicano con el fin de la
Guerra Civil da lugar a la dictadura franquista española, encabezada por el
general Francisco Franco durante 36 años, dando lugar a una situación opresora
de aislamiento internacional. La falta de libertad caracterizará a la década de
los años cuarenta y cincuenta. En los años sesenta se produce un crecimiento
económico en España, y Franco nombra un sucesor, Juan Carlos I de Borbón. La dictadura
se mantuvo hasta la muerte de Franco, en el año 1975, cuando Juan Carlos I es
nombrado rey de España.
Durante la dictadura franquista, se observan
diferentes tendencias literarias a lo largo de los años. La década de los
cuarenta se caracteriza por una literatura existencial donde el escritor suele
reflexionar sobre el sentido de la vida y el lugar del hombre en ella. Es una
época de miedo, opresión y frustración pues España se encuentra hundida tras la Guerra Civil. Para ello, los autores utilizan un lenguaje dramático para así
dar más énfasis al contenido que tratan de expresar. Entre los autores
destacados de esta década podemos citar a Rafael García Serrano con obras como La fiel infantería (1943), a W. Fernández con El bosque animado (1943) o
Francisco Ayala que trató la guerra civil en cuatro relatos agrupados bajo el
título La cabeza del cordero (1949). Muchos autores escribieron sobre la Guerra Civil en esta
década de los cuarenta, pero los dos autores a los que hay que hacer una
especial referencia es a Camilo José Cela con su obra La familia de Pascual Duarte (1942) y a Carmen Laforet con Nada (1945).
La década de los cincuenta se estrena con una
novela que renovará el panorama literario; Camilo José Cela publica en Buenos
Aires en 1951 La colmena, que es
considerada la mejor novela de posguerra que, aunque fue publicada en este año,
fue escrita en la década de los cuarenta. En esta segunda etapa de posguerra
nos encontramos ante novelas que denuncian la realidad española plagada de
injusticias y desigualdades. La clase media es atacada por muchos autores por
su falta de moralidad y lucha. Tratan de captar al mayor público posible para
que la denuncia se lleve a cabo y para ello, utilizan un lenguaje sin una estética
muy marcada, con un tono coloquial para que el lector se sienta identificado. Es
una literatura predominantemente social.
Destacamos otros autores como a Miguel Delibes y
su primera novela El camino (1950), o a Max Aub con Las buenas intenciones (1954).
La década de los sesenta, en la que el pesimismo y
la frustración empiezan a desaparecer poco a poco, la literatura se expande y
la denuncia ya no es el único tema predominante: ya no nos encontramos ante una
literatura social en la que se trata de cambiar el país, sino que se centra más
en la obra literaria en sí misma. Empiezan a tratarse todo tipo de temas y se
lleva a cabo una renovación del lenguaje. Se abandona, por tanto, la estética
realista y el lenguaje y la forma empieza a ser más importante que el tema en sí mismo. Se
produce una renovación de la técnica narrativa, dando lugar a la novela
experimental con autores como Miguel Delibes y su novela Cinco horas con Mario (1966).
Podemos ver a través de este breve recorrido cómo
la literatura fue evolucionando dependiendo de la situación social y política
que se estaba dando en España. En general, es una literatura predominantemente
de denuncia, pero poco a poco los autores van abandonando ese objetivo para
centrarse más en la obra en sí misma, ya en la década de los sesenta.
BIBLIOGRAFÍA
- Boj, Fernando. (5 de junio de 2012). La literatura española durante la dictadura
franquista [mensaje en un blog]. Complemento agente. Recuperado de http://complemento-agente.blogspot.com.es/2012/06/la-literatura-espanola-durante-la.html
- Rodríguez Cacho, Lina. Manual de Historia de la Literatura española. Dirigida por Pablo Jauralde. Edición Castilla, Madrid, 2009.
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