martes, 11 de abril de 2017

El primer novísimo: Antonio Martínez Sarrión


El cine de los sábados.

maravillas del cine galerías
de luz parpadeante entre silbidos
niños con sus mamás que iban abajo
entre panteras un indio se esfuerza
por alcanzar los frutos más dorados
ivonne de carlo baila en scherezade
no sé si danza musulmana o tango
amor de mis quince años marilyn
ríos de la memoria tan amargos
luego la cena desabrida y fría                                            
y los ojos ardiendo como faros.

                                        (Teatro de operaciones, 1967)

El autor

Hoy abarcaremos la cosmovisión poética de uno de los novísimos más injustamente desapercibidos en la actualidad.

Nacido en Albacete el fatídico 1939 un uno de febrero, siendo el miembro más viejo de la generación, y licenciado en derecho en la Universidad de Murcia en 1961, pese a su clara vocación literaria, Antonio Martínez Sarrión conforma una de las figuras más trascendentales y valientes de la poesía de los años sesenta, además de ser el más fiel representante de la vertiente más transgresora, social y contracultural dentro de la misma, con permiso de Leopoldo María Panero, estableciendo las debidas divergencias en lo referente al ejercicio poético entre ambos autores.

Me gustaría, de manera previa al desglose de los elementos más característicos de su poética, aclarar que es el miembro más mayor de todos los novísimos y que su pertenencia al grupo de los novísimos obedece más bien a un ejercicio de encajonamiento literario que a una cuestión de similitudes, pues al final el rasgo fundamental que une a esta generación es el frenético deseo de hacer con la poesía algo distinto a todo lo anterior, es decir,  romper amarras y embarcarse, pluma y corazón en mano, hacia nuevo horizontes desconocidos.

Desechando los habituales e insulsos datos biográficos, nos centraremos en el plano creativo y artístico por el que el autor es reconocido, puesto que lo importante es ser capaces de comprender las inquietudes que motivan su obra, así como su particular manera de sentir y vivir la poesía, al igual que los valores que de ella se deducen. Para ello, se procede al comentario del poema El cine de los sábados como mejor modo de analizar su postura dentro del grupo de los novísimos. Su manera de entender la literatura está profundamente arraigada con la de la Genereación Beat, el movimiento sesentayochista y la cultura hippie, por lo que se le podría considerar como uno de los principales introductores de la cultura Beat en España.

Lo realmente importante en la obra poética de A. Martínez Sarrión, que supera con facilidad la docena de publicaciones desde aquel remoto 1967 en el que diera a luz su opera prima Teatro de operaciones, es la perfecta unión del cine, la literatura y el jazz como caudales por los que transitan sus composiciones, cargadas de imágenes acumulativas y descompuestas que se asemejan a la escritura automática surrealista. En definitiva, los escritos de Martínez Sarrión constituyen un crisol en el que el caos humano halla una equilibrada expresión poética a través de la fusión de sus elementos.


El cine de los sábados


El texto pertenece a Teatro de operaciones, primera publicación no solo del autor sino de toda la corriente novísima, pues salió a la luz en 1967, un par de meses antes que Una educación sentimental,  primera obra, a su vez, del polifacético Manuel Vázquez Montalbán. Este hecho nos permite contemplar el papel pionero de Antonio Martínez Sarrión en la generación poética de los sesenta.

Lo más curioso del poema, a primera vista, es el intento de trasladar al ámbito poético el impacto visual y emocional del séptimo arte producido en el autor, a través de la sucesión de versos animados y visuales como si se tratara de una secuencia fílmica que abordara varias escenas yuxtapuestas.
He aquí el aspecto clave que nos ayuda a identificar la corriente poética del texto, ya que un rasgo prototípico del movimiento novísimo, iniciado por A.M.S., radica en la influencia del cine, habitualmente americano, y de los mass media, tal y como sucede en el poema Nancy flor bailará siempre de la también y única novísima Ana María Moix, dando como resultado un producto tan innovador y rompedor como visual y dinámico de cara a un público hechizado por el poder de la imagen, cuyos ojos siguen “ardiendo como faros”.

La explotación de nuevas posibilidades en el plano expresivo con secuencias de versos libres ligadas a la sociedad de consumo y al ámbito cinematográfico, en este caso a superproducciones americanas con referencias explícitas a actrices prototípicas como Yvonne de Carlo o Marilyn Monroe, conforman una nueva forma de concebir la poesía, muy alejada de las corrientes anteriores.

Observamos, pues, el perfecto hilado de la forma y el contenido, formando una unidad bien equilibrada, sin atender a la métrica y a la rima, aunque si al ritmo y a la musicalidad interna.
Pese a la aparente frialdad automática del poema, similar al surrealismo, se percibe cierta nostalgia en sus versos finales, por lo que el autor inserta parte de sí mismo en el poema, concretamente en las tres últimas líneas, lo cual favorece la conexión emocional con los lectores coetáneos, ya que en duros tiempos de posguerra, como fueron los que vivió Martínez Sarrión en su infancia, el cine suponía un refugio de placer y evasión frente la cruda realidad de aquel tiempo inclemente.

A mi juicio, esta apreciación revela, aunque parezca casi imperceptible, cierto nivel de transgresión y crítica social, pero aplicado desde la tendencia novísima. Sin duda, este último hecho constituye la impronta personal del autor. La combinación de crítica y novedad es realmente formidable a la par que valiente en términos literarios.

Finalmente, como epílogo al comentario se añade el link de una entrevista personal al A.M.S. de cara a estrechar nuestra relación con el autor y su poética, sin duda una de las más originales e infravaloradas del siglo, quizás debido al fuerte carácter grupal de su generación, impidiendo su distinción particular como creador frente al resto de miembros.

https://www.youtube.com/watch?v=yZFPKE9iCvE





Bibliografía:

-Castellet, J.M., Nueve novísimos poetas españoles (2010). Barcelona, Ediciones Península.

-Martínez Sarrión, A. Teatro de operaciones (1967). Carboneras de Guadazón, El toro de barro.

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