"Quizá hubiera que decir algo más sobre eso, sobre el no escribir. Mucha
gente me lo pregunta, yo me lo pregunto. Y preguntarme por qué no escribo
inevitablemente desemboca en otra inquisición mucho más azorante: ¿por qué
escribí? Al fin y al cabo, lo normal es leer. Mis respuestas favoritas son dos.
Una, que mi poesía consistió –sin yo saberlo– en una tentativa de inventarme una identidad;
inventada ya, y asumida, no me ocurre más aquello de apostarme entero en cada
poema que me ponía a escribir, que era lo que me apasionaba. Otra, que todo fue
una equivocación: yo creía que quería ser poeta, pero en el fondo quería ser
poema". Y en parte, en
mala parte, lo he conseguido; como cualquier poema medianamente bien hecho,
ahora carezco de libertad interior, soy todo necesidad y sumisión interna a ese
atormentado tirano, a ese Big Brother
insomne, omnisciente y ubicuo –Yo. Mitad Calibán, mitad Narciso, le temo sobre
todo cuando le escucho interrogarme junto a un balcón abierto: “¿Qué hace un
muchacho de 1950 como tú en un año indiferente con este?” All the rest is silence.”
(Las personas del verbo, Seix Barral,
contraportada)
Como desenlace final a este acercamiento a Jaime Gil de
Biedma, he confiado en su propio testimonio para poder desentrañar el
misterioso All the rest is silence
que impera a partir de ese fatídico 1968 hasta su penosa muerte a manos del
SIDA.
Pese a su sucinta extensión, su argumentación es firme y
contundente. Al fin y al cabo, la poesía no es más que otra manera, otra vía de
anegar el alma de vida, pero de una manera tan pasional y personal, que a veces
su autor no llega a sobrevivirla.
Así mismo, dejo un link con la entrevista inédita de
realizada al autor en 1987. Espero haber contribuido a despertar, por mínimo
que sea, vuestro interés, no solo hacia el poeta, sino a la propia poesía, como
forma de vida.
Bibliografía:
-Gil de biedma, J. (1990). Las personas del verbo. Barcelona,
Seix-Barral.
Webgrafía:
-http://www.zendalibros.com
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