domingo, 30 de abril de 2017

Miguel Delibes: El camino

El camino es la tercera novela de Miguel Delibes y cuenta la historia de Daniel, el Mochuelo, la cual el autor ambienta en el mundo rural.
“[…] es más fácil ser fiel a uno mismo, escribir como se es. Así hice El camino. Y cuando lo publiqué ocurrió que la crítica lo recibió con un clamor de entusiasmo, lo cual para mí fue sorprendente, porque para escribirlo no había tenido que forzarme lo más mínimo. Había escrito un capítulo por día: en veinticinco rematé el libro”(1)
Tanto el escritor como los críticos (2) consideran que es a partir de El camino cuando Delibes encuentra su voz como novelista.
Portada de El caminoCVC.
Por personajes como Daniel, el Mochuelo, y por historias como la suya se ha valorado la novela de Delibes como una alabanza a lo rural y una crítica a la ciudad.
"Yo lo que pretendo es decir que hay personas con vocación de ruralismo y no hay por qué oponerse a ello" (3) 
Daniel, el Mochuelo, es un niño de once años que empieza la novela triste porque su padre le obliga a ir a estudiar a la ciudad. Con melancolía e inocencia, el narrador, a través de los recuerdos de Daniel, el Mochuelo, nos lleva en un recorrido por su vida en el pueblo: su relación con sus amigos (Roque, el Moñigo y Germán, el Tiñoso), la muerte de uno de ellos, su primer amor, los episodios (cómicos y no tan cómicos) que ocurren a su alrededor, etc.

Delibes consigue entrar en la mente infantil y ver a través de los ojos infantiles del protagonista, que va madurando.

En esta novela se aprecian algunos aspectos que efectivamente alaban la vida rural. Pero sobre todo Delibes intenta dar otra perspectiva al mito, tan extendido entonces y ahora, de que la vida en la ciudad es superior y, ante todo, un progreso.
“El objetivo estriba no en renunciar al progreso, sino en preparar al hombre para que no se encandile en exceso, no se transforme en un animal consumidor […] ocurre, sin embargo, que la vorágine de las grandes ciudades, con su cohorte de apremio e insolidaridad, desmantela nuestra humanidad sin darnos cuenta, y en este sentido prefiero el pueblo a la pequeña ciudad” (4)
El escritor vallisoletano muestra que el mito del progreso en la ciudad es eso, un mito. En el pueblo también se puede progresar. No hay más que ver cómo Daniel, el Mochuelo, y sus amigos van aprendiendo poco a poco (se enteran de qué es un aborto, se enfrentan a la muerte, fueron testigos de los bombardeos de la guerra, conocen muchísimos términos y fenómenos de la naturaleza…).

La clave para entender por qué Delibes valora tanto la vida en el pueblo es definir el progreso. ¿Qué es el progreso? ¿Qué es el éxito? Son preguntas a las que cada cual da su respuesta.

En el caso de Daniel, el Mochuelo, sus amigos y la mayoría de los habitantes del pueblo, el progreso es permanecer en su comunidad, rodeados de naturaleza y crecer allí. Sin embargo, el padre de el Mochuelo tiene otra idea y considera que progresar es ir a la ciudad y estudiar, por eso obliga a su hijo a salir del mundo rural.
“El verdadero progresismo no estriba en un desarrollo ilimitado y competitivo, ni en fabricar cada día más cosas, ni en inventar necesidades al hombre, ni en destruir la Naturaleza, ni en sostener a un tercio de la Humanidad en el delirio del despilfarro mientras os otros dos tercios se mueren de hambre, sino en racionalizar la utilización de la técnica, facilitar el acceso de toda la comunidad a lo necesario, revitalizar los valores humanos, hoy en crisis, y establecer las relaciones hombre-naturaleza en un plano de concordia” (5)
Los habitantes del pueblo son de algún modo el reflejo de Daniel, el Mochuelo. A pesar de que obviamente no todos son niños, cada persona vive y ve desde una inocencia que puede ser tachada, injustamente, de ignorancia. Tienen una ilusión especial y, aunque haya excepciones, triunfa en ellos la honradez, la necesidad (y no el consumismo de las ciudades) y la apreciación de lo natural, del tiempo y de otros elementos que se pierden cuando se vive en la ciudad.

Para los habitantes del pueblo la ciudad es un mundo diferente en el que hay prototipos. Esto se ve claramente cuando todo el pueblo piensa que la Mica (un personaje que proviene de la ciudad) tiene una piel perfecta y una personalidad típica de la ciudad y que no se parece a ninguna de las de las mujeres del pueblo.

Dentro de esta reflexión sobre la identificación y la personalidad únicas en el pueblo tenemos el tema de los motes. En la novela todos los personajes tienen un mote que les define. No se les conoce solo por el nombre que les pusieron desde la cuna, sino por un mote que alguien les ha puesto de acuerdo a su personalidad o a sus acciones identificativas.

Pero además de la contraposición entre pueblo-ciudad, El camino también presenta otros temas igual de interesantes. Ya en el título se nos da la pista sobre uno de estos temas: el destino.

Como ya se ha comentado, Daniel, el Mochuelo, va creciendo y descubriendo el mundo. Tanto él como sus amigos poseen un conocimiento muy real, basado en la naturaleza y alejado de la artificiosidad de la ciudad. Van recorriendo un camino por ellos mismos, pero muchas veces este sendero les viene dado.

En el caso de el Mochuelo, su camino se va a desviar del que él tomaría por la decisión de su padre.

Un caso parecido es hasta cierto punto el de Sara, la hermana de Roque, el Moñigo. Esta mujer se termina enamorando del profesor de los chicos porque ellos preparan el encuentro y propician que surja de ahí una relación.

A través de las historias de los personajes que Daniel, el Mochuelo va recordando, observamos una reflexión sobre la realidad de nuestras vidas y hasta qué punto estas no están solo determinadas por nosotros.

En esta línea está el de la fatalidad de los accidentes. Un accidente puede ser solo un accidente, como el de el Mochuelo cuando va de caza con su padre, o puede acabar en el peor de los destinos, como le ocurre al Germán, el Tiñoso.

La justificación que cada cual le da a ese determinismo también es personal y a veces puede estar basada en creencias religiosas, como bien apunta el cura del pueblo:
“Todos tenemos un camino marcado en la vida. Debemos seguir siempre nuestro camino, sin renegar de él […] A veces el camino que nos señala el Señor es áspero y duro” (6)
Creo, sin embargo, que hay una frase en la novela que pertenece a uno de los pensamientos del protagonista, que resume mucho mejor esta idea sobre la vida, las decisiones que tomamos y el camino que seguimos:
“Daniel, el Mochuelo, comprendió que la voluntad del hombre no lo es todo en la vida. Existían cosas que se le imponen al hombre, y lo sojuzgan, y lo someten a su imperio con cruel despotismo” (7)
El camino es una novela que puede recordar a la picaresca, porque se narran las travesuras y aventuras de un grupo de niños, pero lo cierto es que su contenido es mucho más amplio y profundo, como espero que haya quedado demostrado a lo largo de esta entrada. 


NOTAS
(1) ALONSO DE LOS RÍOS, César, Conversaciones con Miguel Delibes, p. 125
(2) G. DE NORA, Eugenio; BENET, Juan, "Mocedades: Delibes; Sánchez Mazas, Sánchez Ferlosio", p. 402
(3) ALONSO DE LOS RÍOS, César, op. cit., p. 205
(4) Ibid., p. 204              
(5) DELIBES, Miguel, El sentido del progreso desde mi obra, p. 14
(6) DELIBES, Miguel, El camino, p. 177
(7) Ibid., p. 127-128


BIBLIOGRAFÍA
 - ALONSO DE LOS RÍOS, César, Conversaciones con Miguel Delibes. Madrid (España): Editorial Magisterio Español, S. A., 1971, 235 págs. ISBN:  978-84-265-7080-2

 - DELIBES, Miguel, El sentido del progreso desde mi obra. En: Acto de ingreso a la Real Academia Española (1975: Madrid, España). Valladolid, España: Miñón, S. A. 1975. 81 p.

 - DELIBES, Miguel, El camino. Decimoquinta edición. Barcelona (España): Ediciones Destino, 1977, 224 págs. ISBN: 84-233-0384-5

 - G. DE NORA, Eugenio; BENET, Juan, "Mocedades: Delibes; Sánchez Mazas, Sánchez Ferlosio". En: En: Historia y crítica de la literatura española. Francisco Rico (dir.). Barcelona (España): Editorial Crítica, S. A., 2004, págs. 401-409. ISBN: 84-7423-146-9

 - URDIALES YUSTE, Jorge, "El camino, de Miguel Delibes: la circunstancia rural de Daniel, el Mochuelo" [en línea]. En: Espéculo: Revista de Estudios Literarios, 2005, nº 31. ISSN: 1139-3637. Disponible en: <http://pendientedemigracion.ucm.es/info/especulo/numero31/danielmo.html>


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