viernes, 7 de abril de 2017

Enrique Jardiel Poncela

Otro de los mayores exponentes del teatro del absurdo es Enrique Jardiel Poncela (1901-1952). Comenzó a escribir antes de la Guerra Civil, pero continuó su labor después y fue una figura clave en el teatro posterior. Junto a Miguel Mihura y Edgar Neville, se considera a Poncela como el renovador del humor. Propuso aportar inverosimilitud y fue influido por Gómez de la Serna y las vanguardias. Además, fue un renovador de la ‘comedia de enredo’, pues va contra los supuestos de la lógica. 


                                                                
Fue un escritor y dramaturgo madrileño cuya principal obra se titula Eloísa está debajo de un almendro (1940), donde se trata el tema de la locura. 

Se trata de una pieza teatral que alcanzó mucho éxito en el público y llegó a las doscientas treinta representaciones. Enrique Jardiel Poncela escribió esta obra en un periodo de madurez del género cómico y propuso en esta la posibilidad paradójica de que la protagonista se enamorase de un asesino, aun conociendo su condición. Además, es una pieza que obtuvo abundante éxito por la gran invención del autor en la intriga, la burla, el misterio, el amor y el enigma con las realidades ficticias y con las fantasías hechas realidad. Se trata de un ejemplo de teatro cuyo objetivo era hacer reír al público y que, además, cumple las unidades tanto de espacio como de tiempo.

En cuanto a su estructura externa, la obra consta de un prólogo seguido de dos actos. Cada uno de ellos tiene su propia función y se suceden el uno al otro en el tiempo, siendo el último el más extenso y el que nos descubre el misterio que se arrastra a lo largo de la obra. 

Por otro lado, la estructura interna engloba una trama complicada, cuya evolución es progresiva a lo largo de los dos actos. Esta es una obra que resume las características del teatro del absurdo, entre las que encontramos: 

·         Imaginación
·         Tramas e historias complicadas
·         Osadía técnica
·         Ilógica
·         Sorpresa
·         Brillantez verbal
·         Abundancia de personajes

Respecto a los personajes, estos son abundantes. En el prólogo aparecen varios: el Dormido, la Señora, el Acomodador, etc. Pero estos no tienen mucha importancia, únicamente nos ponen en antecedentes de la trama. Los personajes principales son Mariana y Fernando, los cuales están enamorados y de los que trata la relación principal de la obra. Además, sus dos tíos, Clotilde y Ezequiel. Por último, los personajes secundarios también obtienen importancia: Edgardo, Micaela, Eloísa, Fermín o Leoncio, entre otros. Aparecen, por tanto, los cuatro protagonistas esenciales: galán, dama, cómico y dama cómica. Es necesario resaltar que la gran mayoría de ellos no están cuerdos, sino que realizan disparates propios de un loco de manicomio, sobre todo Edgardo y su hermana Micaela. Por su parte, Mariana también lo está a su manera, pues se enamora de Fernando sabiendo que esconde algo y cuyo carácter es cambiante. 

En cuanto al espacio de la obra, esta se sitúa en Madrid, varía según el acto de que se trate y, además, al comienzo de cada uno de ellos se hace una descripción minuciosa del escenario. El prólogo se sitúa en un cine de barrio donde se cita en qué butaca se sienta cada personaje. En el primer acto se describe la casa de la familia Briones y en el segundo, la casa de los Ojeda, donde fue enterrada Eloísa debajo del almendro.  

Por otro lado, el tiempo data de un día de 1940, coincidente con el estreno de la obra teatral. A lo largo del prólogo y los dos actos únicamente pasa una noche, es decir, en pocas horas comienza la obra y se resuelve el crimen del asesino de Eloísa. 

El estilo y el lenguaje de los personajes es coloquial, vulgar y con cierto tono humorístico, reflejado en los refranes y expresiones característicos. 

Además de la obra tratada, otra que también obtuvo éxito y fue renovadora es Cuatro corazones con freno y marcha atrás (1936). Esta ironizaba sobre el mito de la inmortalidad y, más adelante, pasó a llamarse Morirse es un error. En general, sus personajes son disparatados, dinámicos y no viven conflictos profundos. Tienden a ser felices a pesar de lo absurdo de la historia y sus conversaciones.

Otros títulos de Poncela son: Un marido de ida y vuelta (1939), Tú y yo somos tres (1945), Los ladrones somos gente honrada (1941) o Los tigres escondidos en la alcoba (1949). Las dos últimas dejan entrever su objetivo principal en el teatro, es decir, conseguir obras dinámicas, inverosímiles y que rompieran con lo convencional. 

En conclusión, este escritor obtuvo el propósito de “renovar la risa” y fue un autor que sufrió la censura y el rechazo por parte del público mayoritario de la posguerra. Fue un gran inventor de recursos para hacer reír al público de manera inesperada. Se dice que “su teatro llegó a rozar con lo excéntrico y que sus personajes son instrumentos del ingenio”.

Bibliografía:
-          Jardiel Poncela, E. (1969). Eloísa está debajo de un almendro. Madrid: Alianza.

 -       Rodríguez Cacho, L. (2009). “Manual de historia de la literatura española”. Madrid: Castalia.

-          Soler, M.P., Rodríguez, R., Rodríguez, M.D., Santos, E. y Barrero, Ó. (2009). Lengua castellana y literatura: desde el siglo XIX a la actualidad. Barcelona: Vicens Vives. 

-          Navarro, P., Ramalle, T., Boyano, R., Viguera, J.M. y Fabregat, S. Lengua castellana y literatura. Madrid: Ediciones SM. 

-          Lázaro, F. y Tusón, V. (1983). Literatura española. Madrid: Ediciones Anaya.

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