miércoles, 12 de abril de 2017

Blas de Otero: “El poeta de Bilbao"


Bilbao”

Yo, cuando era joven,
te ataqué violentamente,
te demacré el rostro,
porque en verdad no eras digna de mi palabra,
sino para insultarte,
ciudad donde nací, turbio regazo
de mi niñez, húmeda de lluvia
y ahumada de curas,
esta noche,
no puedo dormir, y pienso en tus tejados,
me asalta el tiempo huido entre tus calles,
y te llamo desoladamente desde Madrid,
porque sólo tú sostienes mi mirada,
das sentido a mis pasos
sobre la tierra:
recuerdo que en París aún me ahogaba tu cielo
de ceniza,
luego alcancé Moscú como un gagarin de la guerra fría,
y el resplandor de tus fábricas
iluminó súbitamente las murallas del Kremlin,
y cuando bajé a Shanghai sus muelles se llenaban de barcos del
[Nervión
y volé a La Habana y recorrí la Isla
ladeando un poco la frente,
porque tenía necesidad de recordarte y no perderme
en medio de la Revolución,
ciudad de monte y piedra, con la mejilla manchada por la
[la más burda hipocresía
ciudad donde, muy lejos, muy lejano,
se escucha el día de la venganza alzándose con una rosa
[blanca junto al cuerpo de Martí.

(Verso y prosa, 1979)


A lo largo de su vida, Blas de Otero demostró por su ciudad natal, y posteriormente por España, sentimientos de amor y odio; pues aborrecía muchos defectos sociales y costumbristas de sus paisanos, pero a la vez, le apasionaba su tierra, la cual añoró durante su vida lejos de ella. 

Esta añoranza por Bilbao se refleja en el poema "Bilbao" y en otros como su poema titulado “Lejos”: "Cuánto Bilbao en la memoria. Días colegiales. Atardeceres grises, lluviosos. Reprimidas alegrías, furtivo cine, cacahuey, anises."

Sin embargo, como hemos apuntado, también sentía un profundo rechazo por muchos defectos que contemplaba en la sociedad bilbaína de su época. En el poema “Bilbao”, dedicado íntegramente a su ciudad y localizado en su personal selección de poemas dirigidos «a la inmensa mayoría», una rotunda voz lírica, que rechaza toda complicación estética con el fin de que su mensaje cale de forma más directa en el receptor, recuerda con duras palabras la ciudad en la que nació:

Ciudad donde nací, turbio regazo de mi niñez, húmeda de lluvia y ahumada de curas”.

Incluso en su poema "Lejos" habla de ella como  “mi villa despiadada”. No obstante, no se puede entender la crítica a su ciudad si no es desde un profundo amor y añoranza por ella. En este sentido, Blas de Otero encontró la inspiración en su ria, por donde paseaba contemplando su contaminadas orillas y en su paisaje lluvioso, motivo recurrente en su obra: “húmeda de lluvia”. Además, el mítico Boulevard de Bilbao le sirvió de encuentro con su “yo” creador.


Por otra parte, Blas de Otero mostró siempre su lamento por no haber podido aprender la lengua euskera de sus abuelos, prohibida durante el franquismo. En su poema titulado "Euskara egin dezagun" él mismo decía:Al nacer, lo primero que me hicieron fue cercenarme la lengua. (…); tenía el perfecto derecho a disponer del idioma de mis antepasados. (…) ¡Protesto! Yo reclamo una letra impagada.

No hay que olvidar que en estos poemas dedicados a Bilbao podemos extraer otro contenido que se sumerge de lleno en la afectividad del ser humano y su capacidad de sentir emociones. A través de la expresión de su sentimiento de falta de libertad por no haber podido aprender la lengua de sus abuelos (por ejemplo) consigue emocionar a otras personas que han sufrido esa falta de libertad por parte de la dictadura franquista en cualquier otro aspecto de su vida.


Por último, os propongo la lectura de un artículo escrito por su mujer Sabina de la Cruz titulado Los poemas vascos de Blas de Otero. A través de este artículo, podéis ampliar vuestro conocimiento sobre la obra que Blas de Otero dedicó a Bilbao y a Orozco, aldea de sus abuelos maternos. 


Bibliografía: 

 Blas de Otero. Obra completa (1935-1977). Edición de Sabina de la Cruz con la colaboración de Mario Hernández. Barcelona: Galaxia Gutenberg, 2013.



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