La literatura que se creó durante el período de la Guerra Civil, y sobre todo durante la dictadura franquista en España, presenta
unas características determinadas por la situación política, social y económica
que se estaba aconteciendo en el país en esa etapa.
Durante el período bélico (1936 -1939), podemos
destacar la publicación de novelas con un contenido propagandístico notable, en
las que se narran episodios de la guerra. Destacamos a escritores de ideología
republicana como José Herrera Petere y también escritores de ideología
derechista como Agustín Foxá o Rafael García Serrano que fue, según Lina
Rodríguez Cacho, “uno de os más tendenciosos en su apología al franquismo”.
Una vez comienza la dictadura del general
Francisco Franco, nos encontramos ante un período en el que el gusto por la
novela es palpable en una sociedad hundida en la miseria tras una guerra que se
saldó con muchas muertes, muchas pérdidas y con el exilio de gran parte de los
intelectuales. Es una década marcada por la fuerte censura por parte del
sistema. En las novelas, podía tratarse el tema de la guerra, pero siempre con
un propósito propagandístico del bando vencedor, y debían ocultar la realidad
que se estaba viviendo en ese período de posguerra marcado por la miseria, el
hambre y frustración. Por eso, muchos autores que no simpatizaban con el bando
franquista, se centrarán en el tema del hombre y sus problemas existenciales,
el sentido de la vida.
El tema de la Guerra Civil como tal, dando
testimonio de lo que se había vivido en esos años de la contienda, fue tratado
principalmente por autores que se vieron obligados a emigrar. Destacamos
autores como Arturo Barea con su trilogía titulada La forja de un rebelde, o a Max Aub que durante su exilio en México
creó una obra narrativa que ha sido considerada por la crítica como la mejor
prosa de la ‘España peregrina’. Escribió una serie de relatos de carácter
nacional que tituló como El laberinto
mágico. Otro autor relevante que también escribió sobre la fuera civil fue Francisco
Ayala que ya se había dado a conocer en los años veinte con una prosa
vanguardista.
Pero el género que por excelencia caracterizará
este período de posguerra será la novela existencial, que supone una renovación
en las ideas expuestas en la literatura, y que destacamos una gran calidad
artística por parte de los autores. Se le denomina también novela tremendista,
y está plagada de realismo. Trata de renovar el género narrativo, con gran
calidad formal, pero sin grandes artefactos estilísticos. La primera novela
tremendista es del año 1942, producida por Camilo José Cela: La familia de Pascual Duarte. A través
de esta obra, y teniendo en cuenta la censura del momento, Cela trata de llevar
a cabo una exposición de la situación española durante la década de los
cuarenta. La otra obra que resulta clave debido a su importancia en cuanto al
tremendismo es la novela Nada, que
Carmen Laforet publicó en el año 1944.
En el año 1944 se otorgó, por primera vez, el Premio
Nadal, que se convertirá en uno de los más importantes de la narrativa
española, y que dará a conocer grandes obras de esta época. La primera premiada
fue Carmen Laforet con esta novela, que se convirtió en el primer bestseller de la posguerra. Según Lina
Rodríguez Cacho, Nada es “la primera
novela en atacar los fundamentos morales del nacionalcatolicismo.
Las novelas tremendistas se consideran así por
presentar varios rasgos comunes. Ambas novelas, así como otras publicada en esa
época como La sombra del ciprés es
alargada de Miguel Delibes, presentan un narrador en primera persona. Tanto
Nada como La familia de Pascual Duarte son consideradas novelas escritas de
forma autobiográfica. Presenta un estilo cuidado, pero que se adecúa al nivel
sociocultural de los personajes de las novelas. No es muy entramado, pero sí
presenta cierta perfección formal y cierto interés artístico. Son, además,
novelas ambientadas en espacios marcados por la miseria y las consecuencias de
la guerra, espacios pobres que deben sobreponerse tras la contienda.
En cuanto a los personajes, se caracterizan
principalmente por la necesidad de sobrevivir ante las nefastas circunstancias
que les acontecen. Son personajes violentos, marcados por la frustración que la
sociedad del momento les produce. Lo podemos ver, por ejemplo, en el hombre de
pueblo que protagoniza la obra de Cela, que ha sido condenado a muerte por el
asesinato de su propia madre.
Destacamos entonces la importancia de los años
cuarenta porque fue cuando apareció la novela existencial de la mano de José
Camilo Cela y su obra La familia de
Pascual Duarte, que fue la novela que impulsó este nuevo género y que
después Carmen Laforet continuó con Nada.
El tremendismo por tanto es una corriente estética que exageraba de forma
expresiva los aspectos de la realidad, marcada por la guerra que había
acontecido en la década anterior. Destacamos que la forma de descripción de
estas novelas tremendistas se asemeja a las novelas naturalistas anteriores.
- Barreno, Yolanda (24 de abril de 2013). La
literatura española en los años cuarenta: la posguerra [mensaje en un blog]. No
solo literatura. Recuperado de http://blognosololiteratura.blogspot.com.es/2013/04/la-literatura-espanola-en-los-anos-40.html
-Asenjo, M. (4 de febrero de 2013). La
novela de los años 50 y 50 [mensaje en un blog]. Masterlengua. Recuperado de http://masterlengua.com/novela-de-los-anos-40-y-50/
- Rodríguez Cacho, Lina. Manual de Historia de la Literatura
española. Dirigida por Pablo Jauralde. Edición Castilla, Madrid,
2009.
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