Además del teatro experimental y social citado anteriormente, es necesario señalar la existencia del teatro del absurdo, cuyos máximos representantes son Miguel Mihura y Enrique Jardiel Poncela, aunque de este último hablaremos en otra ocasión, pues cada uno merece un capítulo aparte.
El
teatro del absurdo se enmarca dentro de las nuevas vanguardias
literarias. Nace en Francia en 1950 con una obra de Ionesco titulada La cantante calva. En cuanto a su
concepción del mundo, este es un movimiento emparentado con el existencialismo
de Sartre o de Camus, es decir, el ser humano perdido en un mundo sin sentido
(muerte, soledad, tristeza, tiempo…). Pero su novedad está en las formas de
expresión dramática, pues se presentan situaciones ilógicas, personajes vacíos
y objetos extraños, todo ello con un lenguaje y diálogos absurdos.
Miguel
Mihura es un claro ejemplo de este tipo de teatro. Se trata de un autor muy
singular que nació en Madrid en 1905 y falleció en 1977, desde niño ya fue
inculcado en el ambiente teatral. Fundador de la revista La Codorniz en 1941 y renovador del teatro cómico de posguerra. De
hecho, el crítico francés Gautier le denomina “el Ionesco español”.
Su
logro más reconocido es Tres sombreros de
copa, escrita en 1931 y representada veinte años más tarde en el Teatro
Español Universitario. Según el propio autor, el éxito de dicha pieza consta en
asociar el humor trágico al ridículo. Esta
fue su primera obra cómica y, además, tiene cierto carácter autobiográfico,
pues en ella relata dos acontecimientos importantes en su vida real: por un
lado, una gira con el actor Alady y, por otro, el fracaso amoroso que sufrió
con una rica heredera. En definitiva, es una obra sencilla en la que se utiliza
el humor exagerado, la parodia y la comedia irónica, disparatada y absurda.
Además, posee una estructura circular y, como debe ser, de introducción, nudo y
desenlace.
En cuanto a los personajes que aparecen en la obra,
hay gran cantidad de ellos y cada uno cumple una función diferente. Los
protagonistas son Dionisio, que representa el mundo burgués, y Paula, la cual representa
la vida de convencionalismos. Por lo tanto, los personajes que aparecen en la
obra se pueden dividir en dos grupos: por un lado, los que pertenecen a la
burguesía como el Anciano Astuto, el Odioso Señor o el Guapo Muchado y, por
otro lado, el grupo de Paula y sus amigas (Fanny, Sacra, etc.).
La estructura del libro consta de una introducción, en
la que se añade información sobre el autor, la obra teatral, la bibliografía,
etc. Además de este pequeño preámbulo, el libro se divide tres actos. Respecto
a la estructura interna, la trama principal reside en los sentimientos
contradictorios del propio personaje, de su evolución psicológica y de sus
sentimientos. Es decir, el argumento es sencillo y gira alrededor de los
pensamientos del protagonista, Dionisio. Se observa una lucha constante entre
lo que verdaderamente desea Dionisio y lo que la sociedad le impone.
En cuanto al espacio, esta obra teatral cumple la
unidad de lugar y transcurre en un hotel de “segundo orden”. También cumple la
unidad de tiempo, pues en la obra únicamente pasa una noche y, además, se hacen
constantemente alusiones al tiempo.
El estilo de la obra denuncia la falsedad de las
convenciones sociales mediante el lenguaje ingenioso, la ironía, etc. Es una
especie de crítica a la sociedad del momento que hace que se enfrenten dos
mundos y dos concepciones de la vida (una prosaica y otra poética).
Por todo ello, esta obra constituye un gran éxito en
el escritor y conlleva a que varios críticos le denominen como un precursor del
teatro del absurdo. Además, este tipo de humor que mezcla lo cómico y lo
patético influyó en otros campos.
Por último, Miguel Mihura escribe muchas obras más (su
producción se compone de veintitrés comedias). Entre estos títulos encontramos:
El caso de la mujer asesinadita, La bella
Dorotea, Maribel y la extraña familia o
Ni pobre, ni rico, sino todo lo contrario. Esta última pieza fue un claro
ejemplo de su intuición para cambiar todo lo “normal”, consiguiendo así
sorprender al espectador. Esta comicidad del autor no fue reconocida hasta los
años cincuenta, la fecha de gran esplendor para Miguel Mihura.
La
línea a la que responde este autor es al choque entre individuo y sociedad,
siempre descontento ante un mundo de convenciones que amenazan al hombre y no
le dejan ser feliz.
Bibliografía:
- Mihura, M. (1998). Tres sombreros de copa. Barcelona: Vicens Vives.
- Rico, F. e Ynduráin, D. (1980). Historia y crítica de la literatura española: época contemporánea (1939 - 1980). Barcelona: Editorial Crítica.
- Navarro, P., Ramalle, T., Boyano, R., Viguera, J.M. y Fabregat, S. Lengua castellana y literatura. Madrid: Ediciones SM.
- Rodríguez Cacho, L. (2009). “Manual de historia de la literatura española”. Madrid: Castalia.
- Lázaro, F. y Tusón, V. (1983). Literatura española. Madrid: Ediciones Anaya.
- Mihura, M. (1998). Tres sombreros de copa. Barcelona: Vicens Vives.
- Rico, F. e Ynduráin, D. (1980). Historia y crítica de la literatura española: época contemporánea (1939 - 1980). Barcelona: Editorial Crítica.
- Navarro, P., Ramalle, T., Boyano, R., Viguera, J.M. y Fabregat, S. Lengua castellana y literatura. Madrid: Ediciones SM.
- Rodríguez Cacho, L. (2009). “Manual de historia de la literatura española”. Madrid: Castalia.
- Lázaro, F. y Tusón, V. (1983). Literatura española. Madrid: Ediciones Anaya.
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