viernes, 31 de marzo de 2017

Comentario del cuento "El conejo" de Miguel Delibes

COMENTARIO DE TEXTO

El conejo

1.      Biografía del autor

Miguel Delibes fue un escritor español nacido en 1920 y miembro de la Real Academia desde 1974. Destaca, sobre todo, en el género de la novela, donde escribe obras como: La sombra del ciprés es alargada, El camino, Las ratas o Cinco horas con Mario. Se caracteriza por retratar ambientes burgueses marginados por medio del sentido del humor. También es un autor que escribe narrativa breve, es decir, cuentos. Dentro de este repertorio es donde se enmarcan obras como El cuco o El conejo, de la cual hablamos a continuación.  

2.      Narrador

Se trata de un narrador en tercera persona, es decir, es un personaje ausente, omnisciente, observador y testigo que nos informa de los hechos.

3.      Temas

Los temas que trata Miguel Delibes y que están presentes en El conejo son: la muerte, la infancia, Dios, la soledad de la vida urbana o el amor por los animales, todo ello narrado desde hechos cotidianos en la vida de los personajes.

4.      Argumento

La historia gira alrededor del deseo de Juan, el protagonista, de tener un conejo. Comienza con la presentación de los personajes: Boni, el herrador; Adolfo, el hermano de Juan; y Juan, el protagonista de la historia. Finalmente, consiguen que Boni les regale un conejo, aunque la idea de tener un animal no es bien acogida por los miembros de su familia, sobre todo por su madre. Según pasa el tiempo, el conejo se va poniendo peor y Luis, otro hermano de Juan, decide matarle para que deje de sufrir. El cuento termina con Adolfo y Juan realizando un entierro para su conejo como el que habían visto días anteriores. 

5.      Estructura formal

En cuanto a la forma expresiva del cuento, esta combina narración y diálogo. Este último nos permite conocer la psicología de los personajes y es la forma que más abunda. 

Además, la trama se divide entre introducción, nudo y desenlace. La introducción corresponde desde el momento inicial en el que los dos hermanos piden un conejo a Boni, hasta que consiguen llevárselo a casa. El nudo o clímax de la historia lo observamos cuando Juan percibe que su conejo está muriéndose y su muerte final. Finalmente, el desenlace se produce con el entierro del conejo por parte de Juan y Adolfo. 

6.      Personajes

Personajes principales: 

·         Juan, protagonista de la historia y personaje alrededor del que ocurre todo.
·         Boni, el herrador que les ofrece el conejo a Juan y a Adolfo. Con la muerte del conejo, este personaje cae en un determinismo fatalista.
·         Adolfo, hermano menor de Juan. Es curioso y está obsesionado con la idea de volar, lo relaciona con el ascenso al cielo después de la muerte. Este llega a tener un problema existencial profundo.

Personajes secundarios:

·         Evelio, el de la fonda
·         Esteban, el del molino
·         Secun y Zósimo (alguacil), entierran al muerto
·         Melchorín, recoge el dinero por la muerte nombrada
·         Padres de Juan y Adolfo
·         Luis y Puri, hermanos de Juan 

Los personajes Juan y Adolfo sufren una evolución psicológica, pues al final de la obra, con la muerte del conejo, parecen obtener una madurez prematura mezclada con la infancia aún no superada. La muerte del conejo les hace reflexionar sobre el tema de la vida y la muerte.

7.      Espacio

El espacio de este cuento breve es sencillo. Únicamente aparece el lugar donde ocurren los hechos, el lugar desconocido donde vive Juan. Además, se realiza una diferenciación entre los hombres de campo y de pueblo, como Boni, y la gente de ciudad, como la familia de Juan. 

8.      Tiempo

Al comienzo de la obra, únicamente pasa un día. Por la mañana Juan desea el conejo y a la mañana siguiente lo consigue. Posteriormente, mediante algunas referencias, se puede conocer que el tiempo que transcurre en la obra es un verano y el comienzo del otoño.

9.      Estilo

En cuanto al estilo, características y recursos expresivos de El conejo, encontramos los siguientes rasgos: 

·         Sencillez: vocabulario y sintaxis sencilla
·         Abundante uso de conjunción copulativa “y”, logrando así un efecto de oralidad en el discurso (Y cada vez que veía al herrador…; Y Boni….; Y Juan, el niño, replicaba…)
·         Abreviaciones de los nombres propios (Boni, Ado) y artículo antepuesto al nombre (la Puri, el Melchorín). Estos dos rasgos son muy comunes en el ámbito rural
·         Algún laísmo mal utilizado (los hombres se quitaron las boinas y las daban vueltas)

10.  Intencionalidad

Parece ser que Miguel Delibes escribe esta obra de narrativa breve con el propósito de dar a conocer a sus lectores las diferencias entre el hombre de campo y el urbano. 

El título del cuento ya anticipa sobre qué tema estará basada la trama de la historia. 

11.  Conclusión

En conclusión, lo que se pretende con este cuento tratar o enseñar cómo es el aprendizaje de los niños urbanos en el campo. El autor intenta conmover con la figura de Adolfo, el niño pequeño. Entonces, la lectura de esta obra de narrativa breve hace reflexionar sobre la soledad que se siente en un ambiente urbano (característica propia de las obras de Miguel Delibes), contrarrestada por el deseo de tener un ser vivo, en este caso un conejo o una paloma, que haga compañía. 

12.  Bibliografía

-          Navarro, P., Ramalle, T., Boyano, R., Viguera, J.M. y Fabregat, S. Lengua castellana y literatura. Ediciones SM.

-          Barrero Pérez, O. (1989). El cuento español 1940-1980. Madrid: Editorial Castalia.

Cuento "El conejo" de Miguel Delibes


Pongo a vuestra disposición el cuento El conejo, del escritor Miguel Delibes, con el objetivo de que podáis comprender el comentario que subiré a continuación.






















miércoles, 29 de marzo de 2017

Miguel Delibes: Presentación

“Mi vida de escritor no sería como es si no se apoyase en un fondo moral inalterable. Ética y estética se han dado la mano en todos los aspectos de mi vida”(1)
Miguel Delibes

Miguel Delibes es uno de los autores más queridos y reconocidos de la literatura española del siglo XX. A lo largo de las próximas entradas espero poder realizar una panorámica sobre el autor y sus novelas.

Tenemos la suerte de que Miguel Delibes contestó a muchas preguntas y nos dejó bastantes declaraciones sobre su manera de ver la literatura y también reflexionó sobre su propia obra. Por eso he decidido utilizar sus palabras para que, de algún modo, dirijan este trabajo.

Para ello voy a ir recogiendo algunos extractos de conversaciones, charlas, conferencias o entrevistas de Delibes. A partir de ellas pretendo que podamos hacernos una idea de los temas que más le preocuparon y los aspectos que hacen que sus novelas sean tan ricas en contenido y forma.

La estructura que voy a seguir es la siguiente.

Empezaremos con una breve introducción histórica al contexto en el que vivió y escribió Delibes y seguiremos con su biografía, para conocer mejor al escritor, su vida y sus ideas.

Será después cuando nos adentremos en su literatura para encontrar los elementos más interesantes de esta, como los temas recurrentes o sus personajes.

Las últimas entradas las dedicaré a analizar la obra de Delibes. Es imposible abarcarla toda ella en detalle, pero intentaré mencionar y resaltar algo de cada una de sus novelas y profundizar en las más reconocidas.   

Así, de la mano de Delibes y de estudios anteriores de sus novelas, podremos ir viendo cómo la gran variedad de temas, sus preocupaciones, su compromiso y su originalidad hacen del vallisoletano uno de los autores más aclamados por lectores y críticos.


NOTAS
(1) TANARRO, Angélica, "El escritor Miguel Delibes, Premio Vocento a los Valores Humanos" [en línea]. larioja.com, 15 de junio de 2006. Disponible en: <http://www.larioja.com/pg060615/prensa/noticias/Cultura/200606/15/RIO-CUL-062.html>

martes, 28 de marzo de 2017

El teatro durante los primeros años de la Dictadura (III) - Buero Vallejo y Alfonso Sastre



A continuación, conoceremos un poco más sobre dos autores pertenecientes al periodo de la Dictadura cuyo propósito principal es contrarrestar la cultura del régimen en el poder con un tipo de teatro social y comprometido. Estos dos escritores son Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre. 


Antonio Buero Vallejo fue un español nacido en Guadalajara en 1916 y fallecido en el año 2000. Estudió Bellas Artes y al final de la Guerra Civil estuvo en la cárcel. Se trata del dramaturgo más exitoso y representado. Su primera obra fue Historia de una escalera (1948). El propósito de este escritor fue eliminar la censura y poner en descubierto los procedimientos ideológicos y políticos. Muchos hablan del posibilismo de Buero Vallejo, es decir, de su compromiso ético, social y político. Entonces, este autor hacía reflexionar al público. 

Nos encontramos ante un autor renovador que incluye nuevas escenografías (espacios múltiples), le da mayor importancia a la luz y a la estructura, armonía en los registros de los personajes, etc. Entre los elementos fundamentales de su teatro destaca el carácter paradójico del mundo, la conversión del hombre a una existencia esencial, la exigencia de la verdad absoluta, la negación de la ambigüedad y del compromiso, la conciencia de los límites, la soledad o la primacía de lo moral. 

Sus obras se dividen en tres tipos: 

-          Drama social y simbolista. En esta línea se encuentra su gran obra Historia de una escalera, donde se cuenta la vida de tres generaciones en un edificio y sus problemas.

-          Drama histórico. Podemos encontrar obras como Un soñador para el pueblo (1958) o El sueño de la razón (1970).

-          Drama experimental. La Fundación (1974) es una pieza teatral ejemplo de este tipo de dramaturgia. 

Entonces, se trata de un autor trágico cuya temática trata sobre el deseo de realización humana, sus dolores y limitaciones. En su primera etapa escribe Historia de una escalera, es su obra más famosa y en ella realiza otra innovación: el final abierto. Cada espectador puede dar su propia interpretación sobre lo que ocurre al final con los personajes de la historia. Además, otra obra de esta etapa y en la que también añadió algo novedoso fue En la ardiente oscuridad (1950), pues introdujo una tara física: la ceguera. Por otro lado, ya en su segunda etapa como escritor, donde experimenta la renovación formal, se observan las siguientes dos obras: El tragaluz (1967) y El sueño de la razón (1970). Algunas de sus últimas obras son La Fundación (1974) o Jueces en la noche (1979), en las cuales expone los contenidos sociales y políticos y los hace más explícitos. 

Por lo tanto, Buero Vallejo es un autor muy destacado de su tiempo y resume los pasos que ha recorrido el teatro español, manteniéndose fiel siempre a su propia idea y camino. 


Otro autor relevante en el teatro social y comprometido es Alfonso Sastre, revolucionario y activista político durante la época del franquismo. Nació en Madrid en 1926 y fue un escritor que sufrió la censura y el rechazo por parte de la clase no revolucionaria española. 

En cuanto a sus obras más destacadas encontramos Escuadra hacia la muerte (1953) y La taberna fantástica (1966). Por un lado, la primera fue una parábola entre la tiranía y la libertad en la que cuenta la vida de unos soldados, cómo se desenvuelven al producirse una supuesta III Guerra Mundial. La taberna fantástica, por su lado, se inclina hacia el esperpento de Valle-Inclán y trata el tema de la muerte del protagonista. Las dos fueron censuradas a causa del impacto que produjo al público. 

En conclusión, Alfonso Sastre cultivó un teatro ideológico, no comercial y, al igual que ocurre con Buero Vallejo, está enmarcado en un teatro de protesta y denuncia. 

Bibliografía: 

-          Riquelme, J. y Talamás, C.R. (2016). Literatura. Valencia: Micomicona ediciones.
-          Soler, M.P., Rodríguez, R., Rodríguez, M.D., Santos, E. y Barrero, Ó. (2009). Lengua castellana y literatura: desde el siglo XIX a la actualidad. Barcelona: Vicens Vives.
-          Lázaro, F. y Tusón, V. (1983). Literatura española. Madrid: Ediciones Anaya.
-          Rico, F. e Ynduráin, D. (1980). Historia y crítica de la literatura española: época contemporánea (1939 - 1980). Barcelona: Editorial Crítica.

lunes, 27 de marzo de 2017

A Claudio Rodríguez, recordando el día en
que, con un cigarrillo temblándole en los labios, me
 dijo, en el Drugstore de Fuencarral, «a esta gente
 hay que ganarla».

Aun cuando tejí mi armadura de acero
el terror en mis ojos muertos.
Aun cuando con mano blanca y nula
hice de silencio tus orines
y la nieve cae aún sobre mi cuerpo
pese a ello se impone un silencio aún más hondo
a los clavos que habían horadado mi cráneo:
aun cuando sean huesos quizá lo que no tiembla
aun cuando el musgo concluye mi pecho
el terror remueve las cuencas vacías.

Acercamiento: contextualización

Este poema pertenece a Narciso en el acorde último de las flautas (1979) de Leopoldo María Panero, escritor que destacó en poesía, con más de sesenta poemarios publicados, aunque también cultivó, en menor medida, la narrativa y el ensayo, y realizó una importante labor como traductor.

La poesía de Leopoldo María Panero se inserta en la tendencia literaria de los Novísimos, escritores españoles pertenecientes al período generacional de 1967- 1987, que comparten una visión rupturista de la literatura, tanto en el plano formal, en el que muestran influencias vanguardistas, como en el plano conceptual, ya que conciben la literatura como un medio de ruptura social-político y cultural.

En este último sentido, hay que destacar los tres recursos más habituales de que se sirven para realizar una literatura de ruptura con el ambiente del momento: la autorreferencialidad, mediante la cual se alejan del lenguaje referencial instrumentalizado por el poder, la intertextualidad subversiva, que consiste en borrar la dependencia del texto con el autor que lo crea (lo que puede estar vinculado a la despersonalización del sujeto poético) y con el sentido original del texto de procedencia, y, por último, realizan, lo que se ha denominado “poética del silencio”, que consiste en crear un vacío o “no-lugar”, en “no decir nada”, en un proceso de esencialización del lenguaje, que lleva, una vez más, a desmontar los esquemas establecidos.

Además de las características comunes de los Novísimos, hay que destacar las características específicas del estilo poético de Leopoldo María Panero: rimas muy pobres, para desligarse de la tradición, encabalgamientos pronunciados, con los que trata de “romper” el sentido de las palabras y una selección léxica que une la “lengua poética” con la lengua de registro vulgar. Todos estos elementos giran en torno al rupturismo, a la libertad expresiva, y a la creación de “silencio”, de ese vacío dentro del poema hecho de palabras no dichas, ni dirigidas a nadie, cuya única función es la de desenmascarar el espíritu.

Leopoldo María Panero es considerado el poeta maldito de la generación de los Novísimos. Por llevar hasta tal punto su particular estilo indecoroso y contenido contra sistema, se granjeó la animadversión de la crítica, quedando vedado en los primeros puestos de certámenes literarios y, en ocasiones, sufriendo, incluso, dificultades para publicar. Este malditismo literario estuvo acompañado de un malditismo personal de drogadicción, bajos fondos y enfermedad mental.
Después de esta breve inmersión en el concepto lírico al que pertenece “Aun cuando tejí mi armadura de acero”, pasaremos al comentario como tal.


Comentario

En este poema podemos diferenciar dos partes: la dedicatoria a Claudio Rodríguez y el poema en sí mismo.

La dedicatoria sería un “pretexto” para introducir el poema, podría considerarse un puente entre la realidad externa y la realidad interna del poema. En ella encontramos aun referentes reales: Claudio Rodríguez, poeta español de la Generación del 50, y el Drugstore de Fuencarral, famoso establecimiento madrileño de los años 70s, que contaba con cine, restaurante y venta de productos varios.

En la dedicatoria se trata de reproducir de forma poética un hecho real, la conversación entre Leopoldo María Panero y Claudio Rodríguez en el Drugstore de Fuencarral. De dicha conversación Panero extrae una frase de Claudio Rodríguez: “a esta gente hay que ganarla”. Para interpretarla haría falta mayor información sobre el contexto comunicativo, para saber si se refiere a referentes directos o no, y sobre la conversación completa de la que se extrae. Teniendo en cuenta la faceta social-política reivindicativa de Claudio Rodríguez, se puede deducir que aquellos a los que hay que ganar son al poder establecido, al sistema franquista.

Según esta interpretación, el poema tendría tintes realistas, reproduciría el terror y el sufrimiento humano durante la Guerra Civil, tratando, con ello, de recordar la represión y animar a la reivindicación política a pesar del aparente estado de bienestar  que se vive durante el final del franquismo.

Pero teniendo en cuenta la contextualización del poema, no podemos cerrarnos a esta única interpretación, más bien, habría que dejarla en un segundo plano, y tratar de desentrañar primero el sentido del poema tomándolo como un hecho autónomo y autorreferencial. 

A lo largo del poema notamos como Panero trata de desligarse de la forma tradicional de la poesía, a través de la puntuación antinormativa y descompensada, que respeta la norma solo en los dos primeros versos, dejando el resto del poema, los ocho versos restantes, sin más puntuación que dos puntos y el punto final, la ausencia de rima, y los encabalgamientos (“pese a ello se impone un silencio aún más hondo// a los clavos que habían horadado mi cráneo:”).

Esta transgresión de las normas de la poesía tradicional va más allá de la forma. Al tratar de encontrar sentido al poema, entramos en un “mundo alternativo”, creado a partir de un lenguaje autorreferencial, en el que no se encuentra ni rastro de motivos, símiles o metáforas de la tradición, ni de sentidos propios de la lengua de uso habitual. Vemos como mezcla palabras de estética poética como “horadar”, con otras de estética feista como “orines”. Encontramos construcciones ambiguas como “hice de silencio tus orines”, que por tener una estructura atípica en el uso de la lengua, admiten múltiples imágenes y sentidos.

Al leer el poema, percibimos un sufrimiento indeterminado más allá de la muerte (que no reproduce la concepción cristiana de infierno, sino que se trata de un “mundo” autónomo, inmotivado, indeterminado, inefable). Una experiencia inimaginable pensada desde un punto de vista racional. Así, que más que sentido, percibimos un sentimiento de sobrecogimiento intenso y perturbador, ligado a la muerte, al terror, al sufrimiento y a la soledad.

La estructura anafórica reiterativa de “aun cuando…” nos transmite la ansiedad y el pesimismo de quien no encuentra salida. La idea de no salida, se refuerza con la estructura circular del poema, que comienza aludiendo al intento de forjar una fortaleza ante el terror, sin resultado (“Aun cuando tejí mi armadura de acero//el terror en mis ojos muertos.”) y acaba con la persistencia de dicho terror tras la muerte, en los ojos inertes (“aun cuando el musgo concluye mi pecho// el terror remueve las cuencas vacías.”).

A esto se suman constantes expresiones y palabras que transmiten ausencia, estatismo y muerte: “ojos muertos”, “mano blanca y nula”, “silencio”, “cae sobre mí”, “había horadado mi cráneo”, “no tiembla”, “cuencas vacías”, vinculadas a palabras de terror y sufrimiento: “terror en mis ojos muertos”, “silencio aun más hondo que los clavos que habían horadado mi cráneo”, “el terror remueve las cuencas vacías”.

Al final, se crea una situación irreal cargada de sentimientos intensos de opresión, muerte, ansiedad y terror, en la que un sujeto indeterminado, en un mundo alterno situado después de la vida, sufre sensaciones y sentimientos indeterminados, que le causan sufrimiento físico y mental, y de los cuales no puede escapar. Se crea, pues, un “trozo” de realidad nueva, autónoma, basada en lo subjetivo, en lo inefable y perturbador.


Bibliografía

Lanz, J. J. Nuevos y novísimos poetas españoles: en la estela del 68. Sevilla: Renacimiento, 2011. 390 pp.

Blesa, T. (2013). Leopoldo María Panero. Poesía Completa 1970-2000. Madrid: Visor. (Prólogo).